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25.3.11
6.12.10
La NASA anuncia el hallazgo de una "forma diferente" de vida
De Jose Manuel Nieves (el 02/12/2010 a las 12:05:22, en Ciencia)

Hace dos días, la NASA convocaba para hoy una rueda de prensa con el objeto de dar a conocer "un hallazgo en astrobiología que tendrá un gran impacto en la búsqueda de pruebas de vida extraterrestre". Se dispararon las especulaciones sobre el posible contenido de ese anuncio, llegando a apuntarse la posibilidad de que los investigadores de la agencia espacial norteamericana hubieran encontrado, por fin, pruebas irrefutables de alguna forma de vida fuera de la Tierra, quizá en Titán, la mayor de las lunas de Saturno. El descubrimiento de la NASA, sin embargo, no procede de ningún planeta o satélite lejano. Se ha producido aquí, en la Tierra, aunque no por ello es menos espectacular. Se trata de una nueva y extraña criatura, una nueva forma de "estar vivo" que desafía todo lo que creíamos saber hasta ahora sobre el complicado y delicado proceso bioquímico que conocemos como vida. Algo que cambiará por completo la manera en que, a partir de ahora, busquemos seres vivientes fuera de nuestro propio mundo.
Desde las bacterias a las ballenas, las moscas, los elefantes o los seres humanos, todas y cada una de las formas de vida que hay en la Tierra dependen de una cuidadosa combinación de los mismos seis elementos: oxígeno, carbono, hidrógeno, nitrógeno, fósforo y azufre. En forma de ADN, grasas y proteínas, esos elementos se encuentran en cada criatura viviente conocida.
La "química de la vida", además, es tan delicada y específica que cualquier alteración en esta "receta mágica" afecta a la estabilidad molecular hasta tal punto de hacer que la vida, sencillamente, deje de ser posible. Por eso el hallazgo que hoy se publica en la revista Science ha causado tanta expectación y sorpresa. Porque se trata de una excepción, la primera a la que se enfrenta la Ciencia, a esta regla considerada hasta ahora como universal.
Los investigadores, en efecto, han encontrado una cepa bacteriana, la GFAJ-1, que ha demostrado ser capaz de sustituir en sus moléculas, incluído el ADN, uno de los seis ingredientes fundamentales, el fósforo, por el que se considera como uno de los peores y más dañinos venenos que existen, el arsénico. Algo que, según los científicos, constituye una prueba palpable de que la vida puede desarrollarse de formas muy distintas a las que conocemos. Formas que nos ayudarán a perfeccionar las actuales técnicas de búsqueda de vida fuera de nuestro planeta.
"La vida -reza el artículo de Science- está mayoritariamente compuesta por los elementos carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, azufre y fósforo. Pero a pesar de que estos seis elementos forman los ácidos nucléicos, las proteínas y las grasas, y por lo tanto la mayor parte de la materia viviente, resulta teóricamente posible que algunos otros elementos de la tabla periódica puedan desempeñar las mismas funciones. Aquí describimos una bacteria, de la cepa GFAJ-1 de las Halomonadaceae, obtenida en el Lago Mono, en California, que ha sustituido el fósforo por el arsénico para sustentar su crecimiento. Nuestros datos revelan la presencia de arseniato en macromoléculas que normalmente contienen fosfatos y, más notablemente, en ácidos nucleicos y proteínas. La sustitución de uno de los mayores bioelementos puede tener una gran relevancia geoquímica y evolutiva".
Desde hace ya algunos años, la autora principal de este artículo, Felisa Wolfe-Simon, del Instituto de Astrobiología de la NASA en Menlo Park, California, junto a algunos otros de los firmantes, como Ariel Anbar y Paul Davies, estaban explorando la posibilidad de que existieran "formas alternativas" de vida. "La vida como la conocemos -explica Anbar- requiere unos elementos químicos concretos y excluye otros. Pero son esas las únicas opciones? Cómo de diferente puede ser la vida?"
Wolfe-Simon y sus colegas ya intuían que el arsénico podría haber sustituido al fósforo (el elemento contiguo en la tabla periódica) en las formas de vida más primitivas de nuestro planeta. De hecho, el arsénico tiene propiedades químicas muy similares a las del fósforo, aunque su gran toxicidad no permite su uso a la inmensa mayoría de los seres vivos.
A pesar de ello, Wolfe-Simon especulaba con la posibilidad de que alguna clase de bacteria hubiera conseguido adaptarse al uso del arsénico. Una idea muy criticada, ya que los compuestos de este elemento (arseniatos) son mucho más inestables que los fosfatos en presencia de agua, una dificultad que ninguna célula viva sería capaz de manejar.
Para probar sus ideas, Wolfe-Simon decidió recolectar barro de un lago californiano (el lago Mono), un auténtico "desierto de agua", conocido por sus elevadas concentraciones de arsénico, y cultivar los microorganismos obtenidos en soluciones cada vez más ricas en arseniatos. La investigadora no añadió fosfatos a su caldo de cultivo en ningún momento. Al contrario, fue transfiriendo periódicamente las bacterias a soluciones cada vez más ricas en compuestos de arsénico, para reducir paulatinamente cualquier concentración natural de fosfatos que pudieran contener sus muestras. De forma que las bacterias, si querían sobrevivir, se verían obligadas a utilizar el arsénico del cultivo.
La propia Wolfe-Simons asegura que, en el fondo, no esperaba encontrar nada vivo al término de su experimento. Y que se sorprendió enormemente cuando vio, a través del microscopio, colonias enteras de bacterias moviéndose rápidamente en aquél medio tan tóxico.
Para asegurarse, volvió a analizar el cultivo en busca de posibles restos de fósforo que hubieran ayudado a esas bacterias a sobrevivir. No lo encontró. Así que, junto al resto de su equipo, empezó a analizar con detenimiento las bacterias, para averiguar si, efectivamente, estaban utilizando el arsénico para sobrevivir. "Contenía la respiración durante cada una de estas pruebas", recuerda la investigadora.
Los resultados confirmaron sus sospechas. Las bacterias habían incorporado el arsénico, en sustitución del fósforo, en sus ácidos nucléicos, en sus lípidos, en sus proteínas... El análisis del ADN de las bacterias no dejaba lugar a dudas: contenía arsénico. Paul Davies explica que "este organismo tiene una doble capacidad. Puede crecer tanto con fósforo como con arsénico, lo que lo convierte en algo muy peculiar". Para este investigador, el nuevo organismo "tiene el potencial para inaugurar toda una nueva rama de estudios en microbiología".
"Nuestros hallazgos -comenta por su parte Wolfe Simon- son un recordatorio de que la vida tal y como la conocemos podría ser mucho más flexible de lo que asuminos o podemos imaginar". "No obstante -cocluye- esta no es una historia sobre eñ arsénico o el lago Mono. Si existe algo, aquí en la Tierra, capaz de hacer algo tan inesperado, qué otras cosas que aún no hayamos visto es capaz de hacer la vida? Ya es hora de averiguarlo".
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Hace dos días, la NASA convocaba para hoy una rueda de prensa con el objeto de dar a conocer "un hallazgo en astrobiología que tendrá un gran impacto en la búsqueda de pruebas de vida extraterrestre". Se dispararon las especulaciones sobre el posible contenido de ese anuncio, llegando a apuntarse la posibilidad de que los investigadores de la agencia espacial norteamericana hubieran encontrado, por fin, pruebas irrefutables de alguna forma de vida fuera de la Tierra, quizá en Titán, la mayor de las lunas de Saturno. El descubrimiento de la NASA, sin embargo, no procede de ningún planeta o satélite lejano. Se ha producido aquí, en la Tierra, aunque no por ello es menos espectacular. Se trata de una nueva y extraña criatura, una nueva forma de "estar vivo" que desafía todo lo que creíamos saber hasta ahora sobre el complicado y delicado proceso bioquímico que conocemos como vida. Algo que cambiará por completo la manera en que, a partir de ahora, busquemos seres vivientes fuera de nuestro propio mundo.
Desde las bacterias a las ballenas, las moscas, los elefantes o los seres humanos, todas y cada una de las formas de vida que hay en la Tierra dependen de una cuidadosa combinación de los mismos seis elementos: oxígeno, carbono, hidrógeno, nitrógeno, fósforo y azufre. En forma de ADN, grasas y proteínas, esos elementos se encuentran en cada criatura viviente conocida.
La "química de la vida", además, es tan delicada y específica que cualquier alteración en esta "receta mágica" afecta a la estabilidad molecular hasta tal punto de hacer que la vida, sencillamente, deje de ser posible. Por eso el hallazgo que hoy se publica en la revista Science ha causado tanta expectación y sorpresa. Porque se trata de una excepción, la primera a la que se enfrenta la Ciencia, a esta regla considerada hasta ahora como universal.
Los investigadores, en efecto, han encontrado una cepa bacteriana, la GFAJ-1, que ha demostrado ser capaz de sustituir en sus moléculas, incluído el ADN, uno de los seis ingredientes fundamentales, el fósforo, por el que se considera como uno de los peores y más dañinos venenos que existen, el arsénico. Algo que, según los científicos, constituye una prueba palpable de que la vida puede desarrollarse de formas muy distintas a las que conocemos. Formas que nos ayudarán a perfeccionar las actuales técnicas de búsqueda de vida fuera de nuestro planeta.
"La vida -reza el artículo de Science- está mayoritariamente compuesta por los elementos carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, azufre y fósforo. Pero a pesar de que estos seis elementos forman los ácidos nucléicos, las proteínas y las grasas, y por lo tanto la mayor parte de la materia viviente, resulta teóricamente posible que algunos otros elementos de la tabla periódica puedan desempeñar las mismas funciones. Aquí describimos una bacteria, de la cepa GFAJ-1 de las Halomonadaceae, obtenida en el Lago Mono, en California, que ha sustituido el fósforo por el arsénico para sustentar su crecimiento. Nuestros datos revelan la presencia de arseniato en macromoléculas que normalmente contienen fosfatos y, más notablemente, en ácidos nucleicos y proteínas. La sustitución de uno de los mayores bioelementos puede tener una gran relevancia geoquímica y evolutiva".
Desde hace ya algunos años, la autora principal de este artículo, Felisa Wolfe-Simon, del Instituto de Astrobiología de la NASA en Menlo Park, California, junto a algunos otros de los firmantes, como Ariel Anbar y Paul Davies, estaban explorando la posibilidad de que existieran "formas alternativas" de vida. "La vida como la conocemos -explica Anbar- requiere unos elementos químicos concretos y excluye otros. Pero son esas las únicas opciones? Cómo de diferente puede ser la vida?"
Wolfe-Simon y sus colegas ya intuían que el arsénico podría haber sustituido al fósforo (el elemento contiguo en la tabla periódica) en las formas de vida más primitivas de nuestro planeta. De hecho, el arsénico tiene propiedades químicas muy similares a las del fósforo, aunque su gran toxicidad no permite su uso a la inmensa mayoría de los seres vivos.
A pesar de ello, Wolfe-Simon especulaba con la posibilidad de que alguna clase de bacteria hubiera conseguido adaptarse al uso del arsénico. Una idea muy criticada, ya que los compuestos de este elemento (arseniatos) son mucho más inestables que los fosfatos en presencia de agua, una dificultad que ninguna célula viva sería capaz de manejar.
Para probar sus ideas, Wolfe-Simon decidió recolectar barro de un lago californiano (el lago Mono), un auténtico "desierto de agua", conocido por sus elevadas concentraciones de arsénico, y cultivar los microorganismos obtenidos en soluciones cada vez más ricas en arseniatos. La investigadora no añadió fosfatos a su caldo de cultivo en ningún momento. Al contrario, fue transfiriendo periódicamente las bacterias a soluciones cada vez más ricas en compuestos de arsénico, para reducir paulatinamente cualquier concentración natural de fosfatos que pudieran contener sus muestras. De forma que las bacterias, si querían sobrevivir, se verían obligadas a utilizar el arsénico del cultivo.
La propia Wolfe-Simons asegura que, en el fondo, no esperaba encontrar nada vivo al término de su experimento. Y que se sorprendió enormemente cuando vio, a través del microscopio, colonias enteras de bacterias moviéndose rápidamente en aquél medio tan tóxico.
Para asegurarse, volvió a analizar el cultivo en busca de posibles restos de fósforo que hubieran ayudado a esas bacterias a sobrevivir. No lo encontró. Así que, junto al resto de su equipo, empezó a analizar con detenimiento las bacterias, para averiguar si, efectivamente, estaban utilizando el arsénico para sobrevivir. "Contenía la respiración durante cada una de estas pruebas", recuerda la investigadora.
Los resultados confirmaron sus sospechas. Las bacterias habían incorporado el arsénico, en sustitución del fósforo, en sus ácidos nucléicos, en sus lípidos, en sus proteínas... El análisis del ADN de las bacterias no dejaba lugar a dudas: contenía arsénico. Paul Davies explica que "este organismo tiene una doble capacidad. Puede crecer tanto con fósforo como con arsénico, lo que lo convierte en algo muy peculiar". Para este investigador, el nuevo organismo "tiene el potencial para inaugurar toda una nueva rama de estudios en microbiología".
"Nuestros hallazgos -comenta por su parte Wolfe Simon- son un recordatorio de que la vida tal y como la conocemos podría ser mucho más flexible de lo que asuminos o podemos imaginar". "No obstante -cocluye- esta no es una historia sobre eñ arsénico o el lago Mono. Si existe algo, aquí en la Tierra, capaz de hacer algo tan inesperado, qué otras cosas que aún no hayamos visto es capaz de hacer la vida? Ya es hora de averiguarlo".
literatura,libros,revistas
formas de vida,
NASA,
vida
6.7.10
Una foto revela nuevas pistas de lo que pasó después del 'Bing Bang'
La imagen del telescopio espacial europeo revela lo que pudo ocurrir al Universo
Esta es la luz más antigua del Universo. Esta íncreíble imagen muestra la bola de fuego de la que se formó nuestro universo hace 13,7 millones de años, según publica el 'Daily Mail'. La foto que llevó realizarla seis meses ha dado a los científicos una nueva visión sobre la formación de las las estrellas y las galaxias, pero además de cómo el universo volvió a la vida tras el Bing Bang.

De un primer vistazo, aparece la Vía Láctea y el Universo, como es actualmente, mientras en el fondo, una visión más en profundida revela lo que parecía poco antes del momento de la creación, cuando no existían las estrellas o galaxias.
El Director de la Agencia europea de Ciencia y Exploración Robótica, David Southwood, ha explicado que "esta no es una respuesta, sino que estamos abriendo puertas a un paraíso donde los científicos pueden buscar la clave que lleve a una mayor comprensión de cómo nuestro universo llegó a ser y cómo funciona ahora".
La foto realizada por el telescopio europeo Planck muestra desde la más cercana porciones de la Vía Láctea hasta los más lejanos confines del espacio y del tiempo, en lo que es la nueva imagen de todo el cielo.
Menos espectacular, pero quizás más interesante es el telón de fondo moteado en la parte superior e inferior. Esta es la "radiación del fondo cósmico de minúsculas ondas '(CMBR), que son el modelo cósmico en el que se agrupan hoy en día los supercúmulos de galaxias.
Los diferentes colores representan pequeñas diferencias en la temperatura y la densidad de la materia a través del cielo.
De alguna manera estas irregularidades han evolucionado hasta convertirse en pequeñas regiones más densas que se han convertido en las galaxias como son actualmente.
Tomado de:
http://www.telecinco.es/informativos
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Esta es la luz más antigua del Universo. Esta íncreíble imagen muestra la bola de fuego de la que se formó nuestro universo hace 13,7 millones de años, según publica el 'Daily Mail'. La foto que llevó realizarla seis meses ha dado a los científicos una nueva visión sobre la formación de las las estrellas y las galaxias, pero además de cómo el universo volvió a la vida tras el Bing Bang.

De un primer vistazo, aparece la Vía Láctea y el Universo, como es actualmente, mientras en el fondo, una visión más en profundida revela lo que parecía poco antes del momento de la creación, cuando no existían las estrellas o galaxias.
El Director de la Agencia europea de Ciencia y Exploración Robótica, David Southwood, ha explicado que "esta no es una respuesta, sino que estamos abriendo puertas a un paraíso donde los científicos pueden buscar la clave que lleve a una mayor comprensión de cómo nuestro universo llegó a ser y cómo funciona ahora".
La foto realizada por el telescopio europeo Planck muestra desde la más cercana porciones de la Vía Láctea hasta los más lejanos confines del espacio y del tiempo, en lo que es la nueva imagen de todo el cielo.
Menos espectacular, pero quizás más interesante es el telón de fondo moteado en la parte superior e inferior. Esta es la "radiación del fondo cósmico de minúsculas ondas '(CMBR), que son el modelo cósmico en el que se agrupan hoy en día los supercúmulos de galaxias.
Los diferentes colores representan pequeñas diferencias en la temperatura y la densidad de la materia a través del cielo.
De alguna manera estas irregularidades han evolucionado hasta convertirse en pequeñas regiones más densas que se han convertido en las galaxias como son actualmente.
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Nuevo descubrimiento revoluciona el origen de la vida
Por Lucía Aragón
Hasta ahora creíamos que el origen de la vida se remontaba a 670 millones de años. El reciente descubrimiento de un grupo de investigadores del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS por sus siglas en francés), viene a poner en entredicho este pilar de la ciencia sobre la vida. Se descubrieron formas complejas de vida, de organismos pluricelulares de más de 2 mil millones de años, en un lugar donde se buscaba yacimientos de uranio en Gabón.
La magnitud de este descubrimiento le valió la portada de la revista científica británica Nature del 1º de julio de este año, aunque, según los expertos "plantea más preguntas que respuestas."En una investigación que se remonta a 2008, un grupo de geólogos franceses descubrieron fósiles pluricelulares en capas de sedimentos que datan de 2, 100 millones de años.
El autor principal del estudio, Abderrazak El Albani (Universidad de Poitiers, Francia), descubrió con su equipo internacional más de 250 fósiles de 7 mm a 12 cm de longitud, que podrían cambiar la historia de la vida. Hasta el reciente descubrimiento, un fósil, Grypania spiralis, que data de cerca de 1, 600 millones de años marca el surgimiento de una vida más compleja.
Los primeros organismos unicelulares y las bacterias actuales están constituidos por una célula sin núcleo, es decir sin membrana protegiendo el material genético: son "procariotas". Las formas de vida complejas, desde los insectos hasta los mamíferos, sin olvidar los unicelulares como los paramecios, tienen células conocidas como "eucariotas", con los cromosomas protegidos dentro del núcleo.
De acuerdo a los fósiles encontrados en Franceville, Gabón, la existencia de los ecauriotes comenzó hace 2 mil millones de años y no hace 1, 600 millones como se supone a partir de la Grypania spiralis.
Una forma particular de cenizas y de moléculas de "esterano" encontrados en los fósiles atestiguan respectivamente su origen biológico y eucariote, según los investigadores. De tamaño demasiado grande para ser los residuos de simples organismos unicelulares primitivos, el contorno de los fósiles sugiere, según el Sr. El Albani, formas de organismos vivos en suspensión en el agua o cerca del fondo marino.
De acuerdo a la revista Nature, para poder desarrollarse hace 2 mil millones de años y diferenciarse con este nivel de complejidad, estas formas de vida se habrían beneficiado de un aumento en la concentración de oxígeno en la atmósfera entre 2, 450 y 2000 millones de años, tasa que habría caído bruscamente hace 1, 900 millones de años.
Sin embargo este nuevo descubrimiento seguramente producirá muchos debates entre los paleontólogos. "Interpretar fósiles muy viejos es un caso particularmente difícil" dijo Philip Donoghue (Universidad de Bristol, Gran Bretaña) en un comentario publicado en la misma revista Nature. Sin poner en duda la fecha de estos especímenes, señala que la definición de vida pluricelular "puede incluir todo, desde colonias de bacterias hasta tejones."
Pero el Sr. El Albani asegura que los fósiles no pueden provenir de simples bacterias. Además invita a preservar el sitio gabonés como "patrimonio mundial de la humanidad."
Tomado de:
http://es.globedia.com
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Hasta ahora creíamos que el origen de la vida se remontaba a 670 millones de años. El reciente descubrimiento de un grupo de investigadores del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS por sus siglas en francés), viene a poner en entredicho este pilar de la ciencia sobre la vida. Se descubrieron formas complejas de vida, de organismos pluricelulares de más de 2 mil millones de años, en un lugar donde se buscaba yacimientos de uranio en Gabón.
La magnitud de este descubrimiento le valió la portada de la revista científica británica Nature del 1º de julio de este año, aunque, según los expertos "plantea más preguntas que respuestas."En una investigación que se remonta a 2008, un grupo de geólogos franceses descubrieron fósiles pluricelulares en capas de sedimentos que datan de 2, 100 millones de años.
El autor principal del estudio, Abderrazak El Albani (Universidad de Poitiers, Francia), descubrió con su equipo internacional más de 250 fósiles de 7 mm a 12 cm de longitud, que podrían cambiar la historia de la vida. Hasta el reciente descubrimiento, un fósil, Grypania spiralis, que data de cerca de 1, 600 millones de años marca el surgimiento de una vida más compleja.
Los primeros organismos unicelulares y las bacterias actuales están constituidos por una célula sin núcleo, es decir sin membrana protegiendo el material genético: son "procariotas". Las formas de vida complejas, desde los insectos hasta los mamíferos, sin olvidar los unicelulares como los paramecios, tienen células conocidas como "eucariotas", con los cromosomas protegidos dentro del núcleo.
De acuerdo a los fósiles encontrados en Franceville, Gabón, la existencia de los ecauriotes comenzó hace 2 mil millones de años y no hace 1, 600 millones como se supone a partir de la Grypania spiralis.
Una forma particular de cenizas y de moléculas de "esterano" encontrados en los fósiles atestiguan respectivamente su origen biológico y eucariote, según los investigadores. De tamaño demasiado grande para ser los residuos de simples organismos unicelulares primitivos, el contorno de los fósiles sugiere, según el Sr. El Albani, formas de organismos vivos en suspensión en el agua o cerca del fondo marino.
De acuerdo a la revista Nature, para poder desarrollarse hace 2 mil millones de años y diferenciarse con este nivel de complejidad, estas formas de vida se habrían beneficiado de un aumento en la concentración de oxígeno en la atmósfera entre 2, 450 y 2000 millones de años, tasa que habría caído bruscamente hace 1, 900 millones de años.
Sin embargo este nuevo descubrimiento seguramente producirá muchos debates entre los paleontólogos. "Interpretar fósiles muy viejos es un caso particularmente difícil" dijo Philip Donoghue (Universidad de Bristol, Gran Bretaña) en un comentario publicado en la misma revista Nature. Sin poner en duda la fecha de estos especímenes, señala que la definición de vida pluricelular "puede incluir todo, desde colonias de bacterias hasta tejones."
Pero el Sr. El Albani asegura que los fósiles no pueden provenir de simples bacterias. Además invita a preservar el sitio gabonés como "patrimonio mundial de la humanidad."
Tomado de:
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