27.11.10

JUPITER recupera una banda

La franja sur del planeta, que desapareció misteriosamente durante siete meses, ha regresado de repente

judith de jorge / madrid
Día 25/11/2010 - 20.26h

El pasado mes de mayo, el aspecto de Júpiter cambió drásticamente. De repente, el planeta había perdido una de sus características bandas, dejando su mitad sur en blanco. Entonces, los científicos no estaban seguros de qué es lo que había provocado el extraño fenómeno, aunque suponían que las causas tenían que ver con la climatología de este particular mundo del Sistema Solar, sus vientos y la química de las nubes. Desde hace unos días, la franja ha reaparecido. Al principio de forma sutil, pero ahora ya ostensiblemente.


A. Wesley / UC. Berkeley
El planeta Júpiter, sin su banda sur (izquierda), y con ella, en una imagen actual


El aspecto de Júpiter se caracteriza por dos bandas oscuras en su atmósfera, una en el hemisferio norte y otra en el sur. Se trata de unos cinturones marrones descubiertos en 1896 por el astrónomo aficionado británico A.S. Williams, que delimitan un sistema de corrientes de viento, generalmente de gran intensidad.
La pasada primavera, fueron también astrónomos aficionados los que se dieron cuenta de que algo había cambiado en la faz del planeta. El cinturón ecuatorial sur se había esfumado sin dejar rastro, una desaparición que ya había ocurrido dos veces antes. En 1973, la nave de la NASA Pioneer 10 tomó unas imágenes muy cercanas del planeta en las que no existía la franja. Lo mismo ocurrió en los 90. Los científicos creen que la banda desaparece cuando se forman nubes blanquecinas en su parte superior, lo que bloquea la visión, aunque no está muy claro por qué ocurre.


Cada vez más brillante

La recuperación de esta banda ecuatorial sur de Júpiter comenzó el 12 de noviembre. La mancha era pequeña al principio, pero rápidamente se extendió y se hizo más brillante. De nuevo, ha sido un astrónomo aficionado el que ha descubierto el regreso, Christopher Go, de la ciudad de Cebu, en Filipinas. Su hallazgo encendió la curiosidad de otros amantes de la astronomía en todo el mundo. Científicos de la Universidad de California en Berkeley echaron un vistazo al acontecimiento con los telescopios Facility (IRTF, por sus siglas en inglés), Keck y Gemini, todos en Mauna Kea (Hawai), y confirmaron las sospechas. La banda había vuelto. Y tienen las imágenes.

«La razón por la que Júpiter parecía haber perdido su banda, camuflada entre las franjas blancas que están a su alrededor, es que los vientos bajos que son secos y que habitualmente mantienen la zona limpia de nubes se calmaron», explica Glenn Orton, investigador del Laboratorio a Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA. Cuando las nubes blancas flotan a gran altitud, oscurecen la visión de las marrones, que se quedan por debajo. Los científicos creen que el fenómeno se produce cada pocas décadas y que, generalmente, se prolonga de uno a tres años, lo que hace a Júpiter absolutamente único en todo el Sistema Solar.

El gran punto rojo

El regreso de la franja no es el único cambio visto en Júpiter. Además de eso, el famoso gran punto rojo del planeta -una tormenta gigante que tiene tres veces el tamaño de la Tierra- se ha vuelto más oscuro, como un enorme pintarrajo de carmín. Todas estas observaciones son muy útiles para comprender mejor qué ocurre en ese extraño mundo.
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Descubren oxígeno en una luna de Saturno

La sonda Cassini detecta una débil atmósfera con oxígeno y dióxido de carbono al sobrevolar la superficie de Rea

neoteo
Día 26/11/2010 - 17.08h



La luna Rea, la segunda más grande de las 62 que giran alrededor de Saturno, ha capturado la atención de los científicos después de que la sonda espacial Cassini, tras realizar una pasada a menos de cien kilómetros de su superficie, detectara una atmósfera muy tenue con oxígeno y dióxido de carbono. Aunque el oxígeno ya había sido descubierto en otros planetas y satélites naturales por diferentes medios, el de Rea ha sido «olfateado» de forma directa por los instrumentos instalados en la sonda. La investigación se ha publicado en la revista Science.

Con la excepción de la Tierra, el oxígeno es un extraño en el Sistema Solar. Sólo aparece en forma de rastros tenues en otros planetas y lunas. Dos de las lunas de Júpiter, Ganímedes y Europa, presentaron dichos rastros, detectados gracias a la utilización de instrumentos de alta complejidad. Ahora, las pistas llevan una luna de Saturno, Rea. Es la segunda más grande orbitando ese planeta después de Titán (única luna con atmósfera "densa"), y está más que confirmado que se trata de una luna helada, aunque su densidad indicaría la existencia de un núcleo rocoso.
La sonda espacial Cassini (originalmente Cassini-Huygens, hasta que Huygens alunizó en Titán), lanzada en octubre de 1997, realizó una pasada sobre la superficie de Rea, a unos 97 kilómetros de altura, y sus instrumentos detectaron una muy tenue atmósfera con oxígeno y dióxido de carbono.


Una atmósfera delgada

De acuerdo a esos mismos instrumentos, la atmósfera estaría sustentada por la descomposición química de la superficie helada al ser irradiada por el plasma magnetosférico de Saturno. Esto también habilita la posibilidad de que exista más oxígeno de origen radiolítico atrapado en el hielo de la luna.
Hasta ahora, todas las pruebas indicaban que Rea era demasiado frío y desprovisto de agua líquida como para entregar un entorno adecuado para la vida, pero también cabe mencionar que Rea, al igual que Titán, es la única con la suficiente masa como para contener una atmósfera con su gravedad. ¿Por qué no se había detectado antes, como sucedió con Europa o Ganímedes? La respuesta es que la atmósfera es demasiado "delgada" para los instrumentos remotos: Unas cien veces más que en Europa y Ganímedes.


¿Micro meteoritos?

Ahora, lo verdaderamente extraño del descubrimiento no es el oxígeno en sí, sino el dióxido de carbono. La primera posibilidad es que Rea posea moléculas ricas de carbono, ya sea en su superficie o cerca de ella, afectadas por Saturno de la misma forma que el hielo. Otra teoría involucra a micro-meteoritos, cargados de carbono. Por último, se habla de que el gas podría salir completamente formado desde el interior de Rea, como residuo conservado desde el mismo nacimiento de la luna. Sea como sea, todo indica que los científicos tendrán una oportunidad para averiguarlo muy pronto. En enero próximo, Cassini realizará una pasada por el polo sur de la luna, a apenas 75 kilómetros de su superficie.
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23.11.10

El planeta que vino de otra galaxia



No es la primera vez que se descubre un planeta extraño, pero sí uno que proviene de otra galaxia.

El objeto es algo mayor que Júpiter y está en órbita de una estrella procedente de otra galaxia vecina que acabó devorada por la Vía Láctea

El descubrimiento del planeta HIP 3344 b se realizó con un telescopio del Observatorio La Silla, en el norte de Chile.

Vea las imágenes simuladas del planeta en este video de BBC Mundo.


Tomado de:
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/11/101119_video_planeta_nuevo_il.shtml
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El cerebro está hecho para pecar

Andy Ridway
Subeditor de la Revista BBC Focus




Los científicos ahora cuentan con herramientas tecnológicas para revelar la raíz de nuestros impulsos más oscuros, arraigados en lo más profundo de nuestro cerebro.
De acuerdo con estudios neurológicos, la evidencia es contundente: la naturaleza nos quiere malos.
Explore, de la mano de expertos, la naturaleza que nos impulsa a pecar



Lujuria

¿Alguna vez ha tratado de mostrarle una película pornográfica a alguien que está conectado a un escáner cerebral? No es una tarea fácil.

Primero, porque el escáner contiene un poderoso imán que atrae, a una alta velocidad, cualquier pieza metálica que no esté correctamente atornillada. Los componentes de los televisores no están a salvo.

A eso se suma el ruido. Los aparatos que emiten tomografías por resonancia magnética no son precisamente máquinas silenciosas. El zumbido se convierte en un intruso que indudablemente distraerá a todo aquel que intente relajarse para atestiguar una experiencia sexual.

Encima, el voluntario tiene que estar acostado en una posición perfectamente inmutable para que la persona que esté llevando a cabo la prueba pueda obtener una imagen nítida del cerebro.

Todo apunta a que el proceso no permitirá que la experiencia de ver el film erótico sea placentera.

Sin embargo, los expertos de la Northwestern University de Illinois, en Estados Unidos, han logrado superar estas dificultades prácticas.

Películas eróticas son proyectadas en una pantalla detrás del escáner. El voluntario puede verlas a través de un espejo que está arriba de sus ojos.

Con el objetivo de acallar el ruido, los voluntarios usan audífonos que transmiten los sonidos que realmente necesitan escuchar.

Pero, los problemas no terminan ahí.

"En general, sabemos que los hombres están más interesados en el erotismo visual", señala Adam Safron, investigador de la universidad estadounidense. "Es una tarea mucho más difícil conseguir que una mujer alcance el mismo grado de excitación (que los hombres)".

Estos son algunos de los desafíos que enfrentan los neurólogos de Northwestern University cuando intentan entender qué pasa en los cerebros de los hombres y las mujeres experimentan deseos sexuales.

Su investigación es ciertamente poco usual y revela que estamos diseñados para pecar.

Las imágenes de resonancia magnética reflejan que el sistema límbico (encargado de procesar respuestas fisiológicas frente a estímulos emocionales) en ambos sexos se activa cuando vemos algo que nos gusta.

Estructuras como el núcleo accumbens, involucrado en el placer y en las ansias, son el corazón del sistema. Son la cara deleitable del pecado.

Existe una razón obvia detrás de nuestra inclinación hacia la lujuria: pasar nuestros genes. La Madre Naturaleza nos anima a desarrollar un interés activo en la procreación.





Gula



El sistema de circuitos de recompensa de nuestros cerebros también se activa cuando comemos. "Encontrar gratificación en ese tipo de cosas responde a una lógica evolutiva. Si queremos organismos que se reproduzcan, también queremos que coman".

No obstante, el acto de comer por sí solo no tiene nada de malo. Se convierte en un problema cuando se transforma en gula. Y parece que incluso en ese caso podemos culpar a la naturaleza.

"En el ambiente en el que evolucionamos, los alimentos eran más escasos. No había ni tortas de chocolate ni hamburguesas", apunta Safron. "Durante gran parte de nuestra historia (como especie), la vida era muy difícil y esas condiciones adversas fueron las que modelaron nuestros cerebros. Fue cuando se estableció cuánto queríamos los alimentos y cuán gratificantes nos parecen".

Así que lo que en un momento fue un instinto de supervivencia ahora está vinculado al pecado. De hecho, se ha convertido en un problema que afecta a unos más que a otros.

"Algunas personas se sienten avasalladas por los llamados de la naturaleza", explica Safron. "Están demasiado motivadas a conseguir ciertas cosas y terminan siendo poco saludables dentro de los actuales estándares de vida. Se trata de la misma predisposición biológica que, en el pasado, les hubiese permitido adaptarse bien (al contexto)".

Pareciera ser que muchos de nosotros, hemos nacido demasiado tarde. De hecho, algunos siglos después. Ese impulso irresistible por el pastel de chocolate nos hubiese dejado muy bien parados en el año 4.000 a.C.



Pereza



Safron también considera que la pereza o la tendencia a no hacer absolutamente nada tiene sus raíces en nuestro proceso evolutivo como especie.

"Nunca teníamos la certeza de cuándo volveríamos a ingerir una comida sustanciosa. Así que, si era posible, descansábamos. Las calorías que no quemábamos mientras llevábamos a cabo actividades, las podíamos usar para procesos corporales de crecimiento o de recuperación".

Así que parece ser cierto. La Madre Naturaleza ha diseñado nuestros cerebros de manera que ciertas cosas nos producen placer para maximizar nuestros chances de sobrevivir como especie y transmitir nuestros genes.



Envidia


Pero no todos los pecados son placenteros. Un ejemplo es la envidia, ya sea que la sintamos cuando un colega es ascendido o cuando un compañero es seleccionado para jugar de titular primero que nosotros.

Nadie realmente disfruta ese sentimiento pero científicos en el Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de Japón han estado provocándolo deliberadamente.

A un grupo de voluntarios hombres se le presentó los perfiles de personas:

* Un hombre muy inteligente, con metas similares en la vida que los voluntarios, popular entre las mujeres y con una novia muy atractiva.

* Una mujer exitosa, inteligente, atractiva para los hombres, pero con diferentes objetivos en la vida que los voluntarios.

* Una mujer mediocre y nada popular.


Las mismas descripciones se le mostraron a un grupo de voluntarias, aunque con el género de los ejemplos al revés.

Mientras los participantes, conectados a escáneres cerebrales, leían los tres perfiles, los científicos observaban cuál era la región en la que fluía más sangre, y, por ende, la más activa.

Cuando todos los voluntarios, sin excepción, leyeron sobre la persona exitosa que tiene una pareja atractiva, se registró una reacción en una región del cerebro conocida como la corteza cingulada anterior.

"Es el área del cerebro vinculada en el procesamiento del dolor físico, así que la envidia es una emoción dolorosa", señala Hidehiko Takahashi, uno de los investigadores del estudio realizado el año pasado en Japón.

Si la envidia nos causa dolor ¿por qué la Madre Naturaleza es tan cruel que la incluye en el diseño de nuestros cerebros?

El mensaje importante de ese estudio, explica Takahashi, es que hubo una respuesta más contundente en la corteza cingulada anterior cuando los voluntarios y los estudiantes estaban leyendo el perfil de la persona que compartía los mismos objetivos.

"Existe un elemento positivo o constructivo en la envidia: nos motiva a mejorar nuestro propio desempeño o, si es difícil derrotar al rival, nos impulsa a concebir otras estrategias o cambiar las metas que nos propusimos o nuestros intereses".

Pero, la envidia tiene un lado oscuro. "Nos hace desearle algo malo a la otra persona. Puede inducir a un comportamiento inmoral o incluso criminal".



Soberbia


La soberbia también presenta los dos lados de la moneda.
En Montclair State University, a las afueras de la ciudad de Nueva York, un grupo de científicos ha estado bloqueando, temporalmente, ciertas partes del cerebro por medio de la estimulación magnética transcraneal.

La idea es simple: si puedes suspender la actividad de una determinada parte del cerebro, puedes llegar a descubrir de qué está encargada esa sección.

El procedimiento consiste en colocar cerca de la cabeza del voluntario una bobina que interrumpa el flujo eléctrico de las células cerebrales o neuronas.

Los participantes portan un dispositivo, que se parece a un gorro de natación, con unas marcas preestablecidas de los puntos en la materia gris que servirán de blancos.

Cuando el campo magnético golpea la corteza prefrontal medial del cerebro, algo interesante ocurre: "Lo que normalmente vemos, al menos en los voluntarios estadounidenses que participaron en el estudio, es una pequeña sensación de realce", indica el profesor Julian Paul Keenan, director del laboratorio de imágenes neuronales.

"Piensan que son un poco mejores de lo que realmente son". Pero, la estimulación magnética transcraneal puede desactivar esa sensación de autorealce.

Las palabras usadas por los participantes para describirse a sí mismos y a sus amigos, de repente cambia.

"Sin estimulación cerebral, tienden a decir: 'Soy inteligente y mi mejor amigo no lo es'. Pero con el aparato encendido, el orgullo se apaga y el vocabulario utilizado para definirse a sí mismos fue mucho menos adulador", explicó Keenan.

"Acabamos de finalizar el estudio de un fenómeno conocido como 'exceso de reivindicación', que se da cuando las personas pretenden saber cosas que en realidad desconocen. Si les doy una palabra que inventé como 'trianic', ellos realmente pensaran que conocen el término, cuando en realidad ni existe. Dirán: 'Sí, claro, he visto esa palabra antes, tiene que ver con biología'".

Basta con mover un interruptor y se apaga la majadería. Lo curioso es que la investigación de Keenan muestra que la modestia se origina en el mismo área, así que parece que es sencillamente arrogancia -u orgullo- disfrazado. "Son dos caras de la misma moneda", dice.

Los investigadores en Montclair están, en la actualidad, analizando si al remover la soberbia, con bloqueos en la corteza prefrontal medial del cerebro, provoca algo de depresión. Sin embargo, es aún prematuro para sacar conclusiones.

"Otros han encontrado que las personas que no experimentan la tendencia al autorealce son más proclives a sufrir de depresión. Si te das cuenta de cuán gordo realmente estás, el ánimo se te desplomará. En muchos casos, no es bueno verte a través de los ojos de los otros. Por eso es que un poco de ego es muy positivo", aseveró Keenan.

Volvemos a la misma idea del principio: moderación. "Es un tema constante en biología: ni demasiado, ni muy poquito", señaló Safron.

Pero en algunas personas, los condicionamientos de la naturaleza tienden a ser excesivos, al menos en el mundo moderno.

Tendría sentido entonces que nosotros, la especie civilizada del planeta, hubiéramos desarrollado un sistema de autocontrol para mantener nuestros instintos más básicos en raya.

En un experimento llevado a cabo en la Universidad de Montreal en Canadá, voluntarios vieron películas eróticas mientras sus cerebros eran escaneados.

Las imágenes produjeron reacciones en las partes más profundas y primitivas del cerebro, lo cual no le sorprende a nadie.

Pero, cuando se les pidió reprimir mentalmente su excitación sexual, dos partes diferentes del cerebro se activaron: la circunvolución frontal superior derecha y la circunvolución del cíngulo anterior derecho. Ambas secciones están ubicadas en los lóbulos frontales del cerebro, las partes del cerebro que hace a los seres humanos más humanos; las áreas que, entre otras cosas, son responsables de la conciencia.




Ira


Estudios sobre la ira muestran un panorama similar.

Unos científicos osados de la Universidad de New South Wales en Australia fustigaron a unos voluntarios para saber qué pasaba en sus cerebros cuando se enfurecían.

En aquellos de carácter melancólico y proclives a guardar rencor, más que en aquellos de personalidad explosiva, la corteza prefrontal medial (ubicada en los lóbulos frontales del cerebro) se activó rápidamente. Se trata de la región involucrada en moderar el comportamiento.

"Algunas personas son mejores que otras cuando tienen que inhibir sus impulsos", señaló Safron. "Otras personas podrían tener la misma reacción frente a un tipo específico de comportamiento, pero podrían experimentar menos inhibición frontal".

De manera que, en algunos de nosotros pareciera que la bestia primitiva que llevamos dentro tiene más probabilidades de salirse con la suya.

Las elecciones que hacemos en nuestras vidas son con frecuencia el resultado del diálogo que se establece entre las regiones primitiva y avanzada del cerebro.

"Estas partes de la evolución ancestral de nuestro cerebro están constantemente interactuando con la corteza, que se ha expandido más recientemente, para producir el comportamiento".

Pero, acota Safron, la parte emocional del cerebro, el sistema límbico, y la corteza avanzada se necesitan mutuamente para funcionar.

"Si se cortan las conexiones entre ellos, es muy difícil para la persona regular su comportamiento".

Ningún estudio demuestra esto más claramente que la investigación sobre psicópatas llevada a cabo por científicos del King’s College de Londres.

El año pasado, los investigadores usaron una poderosa nueva técnica de escaneo para obtener imágenes de resonancia magnética con tensor de difusión. El objetivo era estudiar la estructura cerebral de nueve criminales condenados por intento de asesinato, homicidio y violaciones múltiples con estrangulación.

El hallazgo fue que los nueve psicópatas presentaban más deficiencias en las conexiones entre su amígdala cerebral (conjunto de núcleos de neuronas que procesan y almacenan reacciones emocionales) y su corteza prefrontal que otras personas de su misma edad y con su mismo coeficiente intelectual.




Avaricia


Pero ¿no es nuestro comportamiento el resultado de nuestra naturaleza combinada con nuestro entorno, de las influencias que nos permean a medida que crecemos?

Desgraciadamente, cuando hablamos de la avaricia no existen estudios del cerebro que nos den una repuesta. "Los mecanismos de la avaricia podrían ser más complicados", dice Safron.

"Si hablamos de algo que podría estar influenciado por predisposiciones biológicas, la glotonería o la lujuria deberían mencionarse. Sabemos, por ejemplo, que hay neuroquímicos que aumentan o disminuyen la libido. Pero, hay algunas cosas que son universales y que no son necesariamente innatas y la avaricia podría ser una de ellas. Podrían haber bases innatas para la avaricia, pero debido a que es un fenómeno más complejo, podría estar más condicionado por el aprendizaje".

El grado en que la naturaleza o la educación nos conduce a ser malos depende del pecado. Pero cuando se trata de los deseos más simples, como comer o tener relaciones sexuales, no hay duda de lo que hay detrás de ellos.

"Una vez escuché que las emociones son los verdugos de la evolución. Son los instrumentos que usa la selección natural para hacer que los organismos logren propagar sus genes", reflexiona Safron.

Somos los títeres de la naturaleza que bailamos a un son que ha sido reforzado por generaciones.

Y esa probablemente es la mejor excusa para devorarse sin remordimiento ese pastel de chocolate...



Tomado de:
Este artículo fue publicado en la revista científica y tecnológica de la BBC, Focus.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/11/101116_ciencia_siete_pecados_capitales_mr.shtml#lujuria
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22.11.10

Trasplante de células madre contra la ceguera

BBC Ciencia




La Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó un ensayo clínico con seres humanos para probar un nuevo tratamiento de células embrionarias contra una forma de ceguera.

La terapia consiste en trasplantar las células madre en los ojos de pacientes que sufren la enfermedad de Stargardt, una degeneración macular hereditaria que comienza en la niñez.

La empresa de biotecnología Advanced Cell Technology recibió autorización para llevar a cabo las pruebas iniciales con 12 pacientes, después de obtener resultados exitosos con ratones.

Tal como dijo a la BBC el doctor Robert Lanza, director científico de la compañía, éste es el inicio de "una nueva era" en la investigación con células madre.

"Estamos utilizando células embrionarias para generar un tipo de célula llamado epitelio pigmentario retinal", explicó el investigador.

Esas células, los fotoreceptores encargados de captar la luz en el ojo, comienzan a morir en las personas que sufren distintas enfermedades oculares como la degeneración macular o la enfermedad de Stargardt.

Los pacientes con este trastorno a menudo experimentan visión borrosa, dificultad para ver en condiciones de luz baja y eventualmente pierden su capacidad de visión.

El doctor Lanza afirmó: "Nuestro objetivo es usar las células madre embrionarias para crear nuevas poblaciones de estas células que posteriormente puedan ser trasplantadas al paciente y no sólo evitar la progresión de la enfermedad sino también restaurar algo de la función visual".

El trasplante, agregó el investigador, es llevado a cabo inyectando las células en el ojo del paciente para que éstas puedan recuperar toda la capa de fotoreceptores de la retina.


Estudio pionero

Ésta es la segunda vez que la FDA otorga autorización para utilizar células madre embrionarias en pacientes humanos.

En octubre, la compañía de biotecnología Geron anunció el inicio del primer ensayo clínico con células madre embrionarias para reparar lesiones de la médula espinal.

El nuevo experimento, que comenzará a principios de 2011, está diseñado primariamente para probar la seguridad de la terapia.

Pero según el doctor Lanza, tal como quedó demostrado en las pruebas con animales, los primeros signos de mejora visual en los pacientes podrían ser aparentes en las primeras seis semanas.

"En el estudio con ratas vimos una mejora de 100% en el control visual de los animales que recibieron el tratamiento que tenían un trastorno similar al que ocurre en humanos", explicó el científico.

"Los resultados mostraron que las células madre fueron capaces de restaurar de forma extensiva los fotoreceptores de los animales", añadió.

Las células madre embrionarias, que se derivan de embriones de unos cuantos días de gestación provenientes de tratamientos de fertilización in vitro, pueden convertirse en cualquiera de las docenas de células especializadas del organismo.



Revolucionario


Según los expertos, las investigaciones que se están llevando a cabo con estas células podrían revolucionar la medicina por su potencial de reparar in situ tejidos y órganos dañados sin la necesidad de llevar a cabo trasplantes de órganos completos.

"Éste es el comienzo de una nueva era en la investigación de células madre", dijo el doctor Lanza.

"Y después de una década de intensa controversia, finalmente estamos listos para probar que funciona y que puede ayudar a pacientes que sufren enfermedades terribles".

En efecto, el tratamiento es polémico porque algunos afirman que el procedimiento involucra "la deliberada destrucción de seres humanos potenciales, incluso si sólo son embriones de tres días de gestados".

Pero el doctor Lanza afirmó que, en este caso, los embriones no fueron destruidos porque las células creadas fueron generadas a partir de una sola célula sin lesionar al embrión.

"Tenemos que entender que hay niños de seis años de edad que empiezan a perder la vista debido a enfermedades terribles como la de Stargardt", expresó el científico.

"Si tenemos la capacidad de usar células que pueden cultivarse en una placa de Petri para prevenir que estos niños y adultos pierdan la vista, creo que como médico, sería muy irresponsable si no utilizara ese tratamiento".



Tomado de:
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/11/101122_celulas_madre_ceguera_men.shtml
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“Un solo cerebro humano tiene más conexiones que toda la red de Internet”

Lo que veréis en las siguientes imágenes, ese laberinto de colores, redes y conexiones, no es el cableado de una sofisticada computadora sino una tomografía de un fragmento de la corteza cerebral de un ratón, con miles de millones de sinapsis. Como comentábamos al hablar del “proyecto Conectoma”, los científicos están tratando de trazar un mapa del cableado cerebral, pero la tarea es incluso más compleja de lo que esperaban.



Este vídeo, por ejemplo, es obra del trabajo de varios años en la Universidad de Stanford, donde un equipo de científicos han diseñado un sistema para tomar pequeñas láminas del cerebro de un ratón y navegar después por ellas en tres dimensiones. Para ello, como explican en CNET, introdujeron en el tejido una proteína fluorescente que hace brillar las neuronas más grandes y facilita la visualización de la red de conexiones.

Stephen Smith, uno de los autores del estudio, lo resume así esta semana en la revista Neuron:

"Una sinapsis, por sí misma, se parece más a un microprocesador – con almacenamiento de memoria y la parte de procesador de información – que a un mero mecanismo de apagado y encendido. De hecho, una sinapsis puede contener del orden de 1.000 conexiones a escala molecular. Un solo cerebro humano tiene más conexiones que todos los computadores y routers y conexiones de Internet de la Tierra."



Somos nuestro “conectoma”

¿Qué somos los seres humanos? ¿De qué están hechos nuestros pensamientos? ¿Dónde se almacenan nuestros recuerdos? Los lectores más avezados habrán escuchado hablar en los últimos meses del denominado proyecto Conectoma, un intento de diseñar un mapa preciso de las conexiones neuronales de nuestro cerebro. Igual que se desentrañó el Genoma, este grupo de científicos pretende desenredar esta inmensa madeja neuronal conexión a conexión en busca de una respuesta a todas estas cuestiones.

Pero el reto es complejo y difícil de explicar. Por eso esta charla de Sebastian Seung en los TED Talks tiene un valor divulgativo incalculable. Su viaje empieza con un nemátodo microscópico que apenas contiene 300 neuronas, continúa por una insignificante sinapsis en un cerebro de ratón y se abre a través del árbol de neuronas hasta mostrarnos a escala las dimensiones del bosque.




Hace algunas décadas los científicos consiguieron identificar cada una de las 300 neuronas de ese pequeño nemátodo llamado Caenorhabditis elegans y trazar el único mapa neuronal completo (o conectoma) hasta la fecha. Teniendo en cuenta que el nemátodo cuenta con apenas 7.000 conexiones, y que cada milímetro cúbico de nuestro córtex cerebral contiene aproximadamente 1.000 millones de sinapsis, ¿cuánto costaría trazar el mapa del cableado de nuestro cerebro? La aventura se antoja ambiciosa.

Como explica Seung, la base del proyecto se asienta sobre la vieja hipótesis de que nuestros recuerdos están “almacenados en la conexiones entre neuronas” y que “quizá otros rasgos de nuestra personalidad están codificados ahí”. Esto no quiere decir que estemos predeterminados por nuestras estructuras neuronales, puesto que la propia actividad neuronal modifica la red a cada momento y el mero hecho de mirar o pensar la altera y la hace única.

El laboratorio de Seung y otros como el suyo están escaneando cada milímetro del cerebro e identificando cada conexión mediante diferentes colores con la esperanza de obtener un mapa completo. “Algún día”, asegura, “una flota de microscopios capturará cada neurona y cada sinapsis en una inmensa base de datos de imágenes, y la inteligencia artificial de las supercomputadores analizará las imágenes para resumirlas en un conectoma.”

¿Conseguiremos entonces comprendernos mejor a nosotros mismos? ¿Tejeremos y destejeremos la estructura del cerebro a nuestro antojo y crearemos alguna inteligencia artificial que lo imite? ¿Viviremos para siempre conservando la estructura de nuestras conexiones? Sobre esto hay puntos de vista más y menos optimistas, pero no cabe duda de que pocos debates científicos son tan apasionantes y tienen tantas ramificaciones como éste.




Tomado de:

http://amazings.es/2010/11/18/un-solo-cerebro-humano-tiene-mas-conexiones-que-todo-internet/

http://amazings.es/2010/10/04/somos-nuestro-conectoma/
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Roger Penrose asegura haber detectado otro universo antes del Big Bang

De Jose Manuel Nieves (el 23/11/2010 a las 00:35:38, en Ciencia)



Según la teoría clásica, el Universo en que vivimos comenzó hace 13.700 millones de años con el "Big bang", una gran explosión de la que, además de la propia materia, surgieron también las leyes físicas que rigen su existencia, incluidos el espacio y el tiempo. Ahora, Roger Penrose, de la Universidad de Oxford y uno de los físicos más brillantes de la actualidad, cree haber detectado "atisbos" de la existencia de otro universo. Uno que existía antes que el Big Bang. Lo cual pone, literalmente, patas arriba las teorías cosmológicas actuales.

En un artículo recién publicado en ArXiv.org, Penrose explica que ha llegado a esa extraordinaria conclusión tras analizar, en los datos del satélite WMAP, ciertos patrones circulares que aparecen en el fondo de microondas cósmico y que sugieren, ni más ni menos, que el espacio y el tiempo no empezaron a existir en el Big Bang, sino que nuestro universo existe en un ciclo continuo de "rebotes" que él llama "eones". Según Penrose, lo que actualmente percibimos como nuestro universo, no es más que uno de esos eones. Hubo otros antes del Big Bang y habrá otros después.

Unas ideas que se oponen frontalmente al modelo cosmológico más extendido en la actualidad: el de universo inflacionario. Según dicho modelo, el universo empezó en un punto de densidad infinita (el Big Bang) hace aproximadamente 13.700 millones de años, se expandió de forma extremadamente rápida durante una fracción de segundo, y ha continuado expandiéndose mucho más lentamente desde entonces, un tiempo durante el cual han ido surgiendo galaxias, estrellas, planetas y, finalmente, los seres humanos.

Penrose, sin embargo, está convencido de que el modelo inflacionario no cuadra con el bajísimo estado de entropía que hizo posible el nacimiento del universo tal y como lo conocemos. Y tampoco cree que el espacio y el tiempo empezaran a existir en el momento del Big Bang, sino que el Big Bang fue, de hecho, sólo uno entre una serie de muchos acontecimientos similares, con cada uno marcando el inicio de un nuevo “eón” en la historia del universo.

Las teorías de Penrose implican que, en un futuro lejano, el universo volverá, de alguna manera, a tener las condiciones que hicieron posible el Big Bang. Según el físico, en esos momentos la geometría del universo será suave y lineal, muy diferente a como es ahora, con abundantes picos y discontinuidades. Esta futura continuidad de forma, afirma, permitirá una transición desde el final del actual eón, con un universo muy expandido e infinitamente grande, al inicio del siguiente, cuando de nuevo se hará infinitamente pequeño para estallar formando el siguiente Big Bang.

El físico asegura que ha encontrado pruebas que sostienen lo que dice. Y que esas pruebas están en el fondo cósmico de microondas, los ecos lejanos del propio Big Bang, una especie de rescoldo de aquella gran explosión que es detectable, hoy, en cualquier punto del universo.

Analizando, junto a su colega armenio Vahe Gurzadyan, siete años de datos del satélite WMAP, que está diseñado precisamente para medir el fondo de microondas, Penrose ha detectado con claridad una serie de "círculos concéntricos", regiones en el cielo de microondas en los que el rango de temperatura de la radiación es notablemente menor que en otros sitios.

Son precisamente esos círculos los que nos permiten "ver" a través del Big Bang, vislumbrando el eón que que existió anteriormente. Los círculos, dicen Penrose y Gurzadyan, son marcas dejadas en nuestro eón por las ondulaciones esféricas de las ondas gravitatorias que se generaron cuando los agujeros negros colisionaron en el eón anterior.

Y estos círculos, sostienen, suponen un serio problema para la teoría inflacionaria, según la cual la distribución de las variaciones de temperatura en el cielo deberían ser Gaussianas, o aleatorias, en lugar de tener estructuras discernibles en su interior.

Si Penrose tiene razón, cambiará por completo la forma que tenemos de percibir el universo en que vivimos, su nacimiento y su destino final.
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La bacteria que puede sustituir al cemento

Modificada genéticamente, consigue rellenar grietas en los edificios al reproducirse y segregar una especie de «pegamento» tan resistente como el hormigón


neoteo
Día 22/11/2010 - 17.28h

Científicos de la Universidad de Newcastle ha modificado genéticamente una bacteria que se encuentra en los sueldos de casi todo el mundo para que adquiera la capacidad de rellenar las aberturas y grietas que se producen en estructuras de concreto. Cuando se encuentra en contacto con el cemento, esta bacteria se reproduce y segrega carbonato de calcio y una especie de pegamento que, juntos, poseen una solidez semejante a la del concreto. Sus creadores afirman que es el fin de las grietas, pero ¿no podrían resultar peligrosas?


U.Newcastle_La bacteria se reproduce y sella las grietas


¿Quien no ha visto una grieta en una pared? Las estructuras rígidas, aún las que mejor han sido construidas, tienen una inconveniente tendencia a rajarse. Por eso los ingenieros refuerzan sus obras más importantes con hierros, buscando la manera de proporcionar mayor solidez al conjunto. Pero aunque no lleguen a poner en peligro la estabilidad de un puente o edificio, las fisuras que se presenten en muros y fachadas deben ser selladas, ya que la acción de la lluvia y demás elementos puede convertir una pequeña grieta en un gran problema. Es difícil estimar cuanto dinero se gasta en el mundo reparando ese tipo de daños, pero seguramente no debe de ser una cifra pequeña.

Un grupo de nueve estudiantes de la la Universidad de Newcastle podría acabar con este problema, gracias al “trabajo” de una pequeña bacteria modificada genéticamente. Estos alumnos, procedentes de carreras tan dispares como la informática, la ingeniería civil, la microbiología y la bioquímica, participaron en el concurso Internacional Genetically Engineered Machines (iGEM, o Máquinas Manipuladas Genéticamente), que organiza el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Boston. El objetivo del iGEM es incentivar a los estudiantes para que desarrollen organismos -generalmente bacterias- mediante técnicas de ingeniería genética para que puedan hacer algo nuevo y útil. Más de 130 equipos participaron en el evento de este año y es la tercera vez que la Universidad de Newcastle consigue el oro. El trabajo de estos estudiantes ha producido una bacteria, llamada BacillaFIlla, que es capaz de sellar grietas en estructuras de hormigón.


Excretan calcio y cola

Los microbios originales, una bacteria común que vive en los suelos, fueron modificados genéticamente para introducirse en las delgadas grietas existentes en el hormigón. Una vez allí, comienzan a reproducirse y excretar una mezcla de carbonato de calcio y cola, que al endurecerse adquiere una rigidez semejante a la del cemento, sellándola. Esto contribuye de forma directa a prolongar la vida útil de las estructuras expuestas al medio ambiente, a un costo ridículamente bajo. Además, estas reparaciones podrían tener un positivo impacto ecológico.

La Doctora Jennifer Hallinan, instructora del equipo ganador del iGEM, explica que “alrededor de cinco por ciento de las emisiones de dióxido de carbono provocadas por el hombre provienen de la producción de hormigón, siendo esta actividad una importante contribución al calentamiento global. Encontrar una forma de prolongar la vida útil de las estructuras existentes significa que podríamos reducir este impacto ambiental, y trabajar hacia una solución más sostenible.” En este contexto, la BacillaFilla con su utilísima habilidad podría convertirse en el invento del año.


Gen de autodestrucción

Hallinan cree que la bacteria “podría ser particularmente útil en zonas de terremotos, donde cientos de edificios tienen que ser derribados porque no disponemos de una forma simple de reparar las grietas y devolverles sus buenas condiciones estructurales." Sin embargo, hay otros factores a tener en cuenta. Por ejemplo, es lícito preguntarse qué ocurre con estos bichos una vez que la grieta en la que tan a gusto se han reproducido como conejos está sellada. ¿Adónde van? ¿No existe el peligro de que se multipliquen peligrosamente, sellando ranuras que en realidad no son grietas sino partes necesaria de la estructura? Dada la importancia de estas cuestiones, los integrantes del equipo han previsto que la BacillaFilla sólo comiencen a reproducirse cuando están en contacto con el hormigón -"reconocen” el pH específico de este material- y le han adosado un “gen de autodestrucción” que impide que puedan sobrevivir en el medio ambiente.

Todo parece haber sido previsto. Las bacterias llegan a un muro, comienzan a introducirse en las grietas, y “saben” que han llegado al fondo de la misma debido al incremento del número de bacterias a su lado. Esta situación activa el funcionamiento de la colonia, que está compuesta por tres tipos de individuos: los que producen cristales de carbonato de calcio, los que se convierten filamentos de refuerzo y las que producen un pegamento que actúa como agente de enlace y llena el vacío. Sin dudas, se trata de un gran avance que posee el potencial de solucionar un gran problema a la vez que protege el medio ambiente. Solo habría que comprobar a fondo la eficacia del “mecanismo de autodestrucción” incorporado en sus genes para no terminar con enorme problema entre manos.
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La ropa para hacernos invisibles, a un paso

Físicos británicos crean un material flexible que consigue esquivar la luz y hace desaparecer los objetos al ojo humano

ABC / madrid
Día 04/11/2010 - 14.52h

Investigadores de la Universidad de Saint Andrews en Escocia han desarrollado un material que da un paso más hacia la creación de prendas de invisibilidad capaces de manipular la luz para ocultar los objetos de la visión, como la famosa capa de Harry Potter. Los resultados de su trabajo se publican en la revista New Journal of Physics.


NJP_Una membrana del nuevo material Metaflex

Dos de los principales retos en el desarrollo de una prenda que pueda hacer invisibles los objetos que cubre son, por un lado, producir meta-átomos lo suficientemente pequeños para interactuar con la luz visible y, por otro, que estos diminutos elementos sean lo suficientemente flexibles.

Los físicos han diseñado un nuevo material denominado Metaflex que puede superar ambos obstáculos. Este metamaterial, compuesto de meta-atómos capaces de desligarse de una superficie rígida, interactúa de forma especial con la luz. En vez de reflejarla, la curva, de manera que los rayos que lo rodean recuperan su trayectoria y siguen su camino. Lo que se sitúa detrás de este material especial, simplemente, se esfuma en el aire. Parece un truco de magia, pero tras este logro hay un complicadísimo estudio de la Física. Este efecto de invisibilidad ya se había conseguido otras veces, pero en esta ocasión da un paso más allá. Anteriormente, el efecto se había conseguido con luz no visible (infrarojos y microondas). Ahora, se ha conseguido dentro del rango de luz visible para el ojo humano. Cualquiera puede comprobarlo.

Un poro de Harry Potter

Además, los autores también han conseguido que el material sea flexible y lo suficientemente grande para que no se quede sólo en el ámbito experimental de la nanotecnología y pueda adoptarse para una variedad de aplicaciones. Su muestra mide 5x8 milímetros cuadrados. No puede cubrir entero a Harry Potter, pero es un primer paso.

El nuevo material «podría utilizarse para crear ropa inteligente y en lentes de contacto desechables», explica Andrea Di Falco, director del proyecto. «Es un gran paso adelante en muchos sentidos», ha añadido Ortwin Hess, físico del Imperial College. «Está claro que no es una capa de invisibilidad aún, pero es el paso correcto hacia ella», ha afirmado.
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Físicos creen posible crear un «agujero» en el espacio y el tiempo

Aseguran que se puede ocultar una escena completa que ocurra ante nuestros ojos con una nueva capa de invisibilidad que manipula los rayos de luz

ABC / madrid
Día 17/11/2010 - 17.04h


Se podría ocultar la acción durante segundos o minutos (Flickr/BinayCoco)


Un ladrón podría entrar en la cámara secreta de un banco, forzar la caja fuerte, cerrar la puerta y largarse mientras la cámara de seguridad de la entidad solo muestra una habitación vacía y la caja fuerte... herméticamente cerrada. ¿Cómo lo ha conseguido el atracador? ¿Un truco de ladrón de guante blanco? No. Un truco de físico. Se trata de una nueva capa de invisibilidad que llega mucho más lejos de las que hasta ahora han presentado los científicos. No solo es capaz de ocultar un objeto material ante nuestros ojos sino que hace desaparecer una escena completa que ocurre en el espacio y el tiempo. Está pasando, pero no lo podemos ver. De momento, esto es solo una teoría, pero en el futuro podría hacerse realidad. La investigación aparece publicada en la revista Journal of Optics.

La fórmula para hacer desaparecer una escena completa consiste en utilizar los mismos metamateriales que ya se han empleado para la fabricación de otras capas de invisibilidad -las hay incluso en tres dimensiones-, y un efecto de la óptica. En teoría, ciertas fibras ópticas de silicio son capaces de producir este efecto gracias a la variación del índice de refracción, es decir, la velocidad de la propagación de la luz en las fibras. «Normalmente, la luz pierde velocidad cuando penetra en un metamaterial, pero es teóricamente posible manipular los rayos luminosos de tal forma que una parte de ellos se acelere, mientras el resto se ralentice» más de lo normal, explica Martin Mc Call, principal autor de la investigación y profesor en el Imperial College London.


Como en Star Trek

La parte de la luz acelerada llegaría antes que dicho acto se produzca, mientras que la parte más lenta llegaría después de la acción. Al dividir la luz y recomponerse «sin dejar huella», la acción quedaría literalmente en sombra y pasaría desapercibida para un observador. «Si alguien se desplaza a lo largo de un pasillo, le daría la impresión a un observador alejado de que de repente desaparece y aparece un poco más lejos, creando la ilusión de una teletransportación como en Star Trek», añade. Cuanto mayor sea el evento que se desea ocultar, mayor será la distancia necesaria para manipular la luz.

La teoría del vacío espacio-temporal podría ser ya utilizada, a través de las fibras ópticas, en el ámbito de la informática para multiplicar la capacidad de cálculo de los ordenadores.
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Científicos consiguen atrapar átomos de antimateria por primera vez

El hallazgo, conseguido a 272 grados bajo cero, puede cambiar de forma drástica lo que conocemos sobre la Física

j. de jorge / madrid
Día 17/11/2010 - 20.05h




En la película «Ángeles y Demonios», los científicos conseguían resolver uno de los problemas más desconcertantes de la Ciencia: la captura y almacenamiento de la antimateria, algo que, en la vida real, nunca había sido logrado.... Hasta ahora. Un equipo internacional de investigadores ha sido el primero en atrapar la antimateria atómica. Y lo ha logrado en las instalaciones de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en inglés), ubicada en Ginebra (Suiza). El hallazgo, publicado en la revista Nature, podría cambiar drásticamente lo que sabemos actualmente sobre los fundamentos de la Física.


La antimateria puede explicarse como la imagen ante el espejo de la materia. Por ejemplo, un átomo de antihidrógeno -que es precisamente el que han conseguido capturar- tendría las mismas propiedades y componentes que uno de hidrógeno, pero con la carga eléctrica opuesta. Cuando la materia y la antimateria entran en contacto se aniquilan mutuamente, un proceso que los científicos creen ocurrió instantes después del Big Bang y que ayudó a formar el Universo tal y como lo conocemos.

En ese momento, prevaleció la materia y sólo quedó una pequeñísima parte de antimateria en el Cosmos, muy difícil de detectar y más aún de capturar.
«Este es un descubrimiento muy importante. Podría dar lugar a experimentos que cambien de manera drástica la visión actual de la Física fundamental o, por el contrario, confirmen todo lo que ya sabemos», explica Rob Thompson, jefe de física y astronomía en la Universidad de Calgary e investigador del grupo ALPHA, uno de los dos equipos de físicos que compiten en el mundo por entender mejor la antimateria y la formación del Universo.


Ni para calentar un café

Los átomos de antihidrógeno han sido producidos a bajas energías en los laboratorios del CERN desde 2002, pero hasta ahora no había sido posible confinarlos. Atrapar estas partículas es extraordinariamente difícil, ya que cuando materia y antimateria se acercan demasiado, se destruyen entre sí en una especie de explosión, dejando tras de sí la energía que las hizo. El reto era enfriar los átomos suficientemente, hasta 272 grados bajo cero, de modo que sean lo suficientemente lentos para que puedan ser atrapados en un dispositivo de almacenamiento magnético.

De esta forma, los científicos fueron capaces de atrapar 38 átomos de antihidrógeno, el más simple de todos los átomos de antimateria, «una cantidad muy pequeña, nada que ver con lo que necesitaríamos para dar energía a la nave Enterprise de «Star Trek» o incluso para calentar una taza de café», afirman los investigadores.
«Sabemos mucho sobre la materia, pero muy poco acerca de la antimateria. Suponemos que en el Big Bang hubo tanta antimateria como materia. ¿Dónde está la antimateria? ¿Adónde fue? ¿Y por qué parece que hay más materia que antimateria?», se pregunta Makoto Fujiwara, profesor adjunto en el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Calgary. Gracias a este hallazgo quizás sus preguntas puedan ser respondidas.
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La «máquina de Dios», cerca de descubrir una dimensión oculta

Físicos del LHC creen que están en condiciones de encontrar el bosón de Higgs y partículas de materia oscura el próximo año

neoteo
Día 22/11/2010 - 14.37h




Los científicos a cargo del LHC sueñan con un 2011 lleno de gloria. Un equipo compuesto por más de 3.000 físicos de primer nivel trabaja en el detector Atlas, y sus responsables creen que el próximo año se observarán partículas masivas como el bosón de Higgs, se descubrirán dimensiones extras, y obtendrán partículas relacionadas con la materia oscura.

La historia del acelerador de partículas más grande, potente y caro jamás construido se parecía más en su primer capítulo a una comedia de enredos que a un exitoso experimento científico. A pesar de todos los cálculos cuidadosamente elaborados durante años, la que para algunos era “la máquina de Dios” falló casi en el mismo momento en que se inauguró. Finalmente, y varios meses después de lo originalmente previsto, el acelerador de hadrones comenzó a trabajar como sus creadores habían imaginado.

Las buenas noticias comenzaron a llegar, y casi todos los meses nos enteramos de algún nuevo éxito conseguido por este gigantesco anillo sellado al vacío y enterrado decenas de metros bajo tierra entre Suiza y Francia. Ahora, los responsables de diseñar los experimentos que se llevan a cabo en las instalaciones del CERN han adelantado lo que esperan lograr a lo largo del año próximo.
Martine Bosman, una investigadora del Institut de Física d'Altes Energies (IFAE) en el campus de la Universitat Autònoma (UAB) que fue elegida el más pasado como presidenta del Consejo del experimento Atlas para el período 2011-2014, explica que el detector Atlas, uno de los cuatro que posee el LHC, es el que posiblemente produzca más noticias a lo largo del año próximo.

«Terreno desconocido»

Al igual que los otros tres, este enorme dispositivo se encarga de registrar lo que ocurre cuando colisionan partículas a muy altas energías. Pero lo que hace diferente a Atlas es su “falta de especialización”. Mientras que los detectores -al menos dos de ellos- fueron diseñados para observar eventos concretos, éste es capaz de detectar un amplio espectro de fenómenos. La razón de este diseño “multifuncional” se debe a que las energías en juego dentro de este acelerador son tanto más grandes que las alcanzadas anteriormente que, según Bosman, “entramos en terreno desconocido en el que no sabemos qué vamos a encontrar.

Hemos preferido diseñar un detector generalista para intentar que, cuando ocurra algo inesperado, no se nos escape.”

Atlas comenzó a escupir resultados el pasado marzo. Los físicos aún están analizando los datos obtenidos a partir de esa fecha, y han “redescubierto” casi todas las partículas que integran ese catálogo denominado “Modelo Estándar”, algo así como el "abc" de la física de partículas. Lejos de ser una pérdida de tiempo, todo ese trabajo ha permitido confirmar que Atlas funciona perfectamente, y que está listo para realizar descubrimientos nuevos.

Cerca del bosón de Higgs

Y es en ese aspecto donde 2011 podría ser “el año del LHC”. Los responsables de aparato confían en que en algún momento del próximo año, finalmente podrán “ver” el bosón de Higgs, una masiva (y hasta hoy, hipotética) partícula elemental cuya existencia ha sido predicha por el modelo estándar de la física de partículas. Su importancia radica en el papel que desempeña en la explicación del origen de la masa de las otras partículas elementales. Otra posibilidad que se estudia es que la máquina revele la existencia de dimensiones no descubiertas hasta ahora, o incluso la generación de partículas relacionadas con la “materia oscura”.

Los que seguimos con atención los resultados obtenidos por el LHC lo tenemos bastante difícil. Por un lado, es imposible no entusiasmarse con estas predicciones. Cualquiera de estos hallazgos significaría un gran avance para la física, que tarde o temprano se traducirían en nuevos y mejores aparatos destinados a hacer nuestras vidas un poco más interesantes. Y por otro, no podemos olvidar anuncios semejantes que luego de un tiempo desaparecen de los portales de noticias y son olvidados sin pena ni gloria. Solo nos queda esperar, y ver qué ocurre en 2011. Más de 3.000 físicos están trabajando para lograr estos objetivos, así que es posible que tengan éxito en -al menos- una de estas cuestiones.


Tomado de:
http://www.abc.es/20101122/ciencia/maquina-dios-cerca-descubrir-201011221050.html
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Una micronave de la NASA pone a prueba la vida en el espacio

Del tamaño de una barra de pan, Oreos transporta microbios comunes y elementos esenciales para la vida a 640 kilómetros sobre la Tierra

Judith de jorge / madrid
Día 22/11/2010 - 15.09h




La NASA ha lanzado al espacio un pequeño satélite del tamaño de una barra de pan que podría ayudar a responder algunas de las preguntas fundamentales sobre el origen, la evolución y distribución de la vida en el Universo. El nanosatélite, conocido como O/Oreos (siglas de Organism/Organic Exposure to Orbital Stresses) fue disparado el viernes desde la Isla de Kodiak, en Alaska, a bordo del cohete de cuatro etapas Minotaur IV de la Fuerza Aérea de EE.UU. (Puedes ver el vídeo del lanzamiento unas líneas más abajo). El ingenio transporta microbios y elementos esenciales para la vida que serán expuestos a las durísimas condiciones del espacio. El objetivo: comprobar la capacidad de supervivencia de los primeros y seguir la evolución de los «ladrillos» orgánicos. Su resistencia puede tener importantes implicaciones


En órbita a unos 643 kilómetros sobre la Tierra, O/Oreos es especialmente pequeño. Pesa unos 5,5 kilos y es el primer satélite autónomo de la NASA de estas características capaz de realizar dos experimentos científicos independientes. Su trabajo consistirá en poner a prueba formas de vida fuera de la órbita terrestre, una labor alternativa a las investigaciones en el campo de la astrobiología que ya se realizan en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) o en los transbordadores espaciales.

Tan solo unas horas después del lanzamiento, una orden de la estación de tierra ubicada en Santa Clara, California, pidió a la micronave que comenzará a llevar a cabo sus experimentos. Y todo se puso en marcha. Los directores de la misión, los ingenieros y los científicos del proyecto recibirán datos diarios de las investigaciones de la pequeña sonda para su posterior análisis. Los experimentos tendrán una duración de hasta seis meses, pero O/Oreos está programada para transmitir datos durante un año.


La nave probará la capacidad de dos tipos de microbios que se encuentran comúnmente en los estanques de sal en un estado seco y latente -Halorubrum chaoviatoris y Bacillus subtilis- para adaptarse al entorno espacial. De esta forma, este experimento, denominado SESLO, proporcionará datos sobre el crecimiento, actividad y salud de los microorganismos mientras estén expuestos a condiciones extremas de radiación e ingravidez.


Radiación cósmica





El segundo experimento, llamado SEVO, seguirá la evolución de cuatro clases de moléculas orgánicas distribuidas a través de nuestra galaxia, así como bloques de construcción de la vida.Estos compuestos será expuestos a la radiación ultravioleta (UV) y la radiación cósmica. Los científicos determinarán su estabilidad.

Como en anteriores misiones de pequeños satélites de la NASA, la Universidad de Santa Clara invita a los operadores radioaficionados de todo el mundo a sintonizar la transmisión del satélite. Los interesados pueden encontrar más información en
http://www.nasa.gov/mission_pages/smallsats/ooreos/main/

Para los científicos, no se trata sólo de conocer cuánto resisten unos microbios en el espacio. La posibilidad de que la vida viajara de planeta en planeta y llegara a la Tierra a través, por ejemplo, de un asteroide o de un cometa, ha captado la imaginación de la gente durante más de un siglo, pero son experimentos como estos los que pueden ayudan a sustentar, o no, esta teoría.
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