29.1.11

¿Puede el ADN teletransportarse?

ABC


El Nobel de Medicina, Luc Montagnier, cree que, bajo ciertas condiciones, el ADN puede proyectar copias de sí mismo por medio de ondas electromagnéticas

JOSÉ MANUEL NIEVES / MADRID
Día 24/01/2011 - 10.15h





El ADN puede proyectar copias de sí mismo por medio de ondas electromagnéticas
Es una pregunta que, sencillamente, la Ciencia no se había planteado hasta ahora. Y si no fuera porque quien trabaja sobre ella es ni más ni menos que Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina en 2008 por descubrir el virus del sida, nadie en su sano juicio estaría dedicando tiempo y recursos a una idea que parece sacada de una novela de ciencia ficción. Sin embargo, Montagnier se ha tomado la cuestión muy en serio, y está terminando de preparar un estudio que verá probablemente la luz en los próximos meses. Mientras, y como aperitivo, ha publicado un resumen de sus trabajos en arXiv. Las reacciones no se han hecho esperar.

Y es que los resultados que anuncia el Nobel francés no son para menos: bajo ciertas condiciones, asegura Montagnier, el ADN puede proyectar copias de sí mismo por medio de ondas electromagnéticas; esas mismas ondas pueden ser «recogidas» y almacenadas en agua pura y, gracias a ciertos efectos cuánticos, crear en ella una «nanoestructura» de idéntica forma al ADN original; si además, en la solución «receptora» de las ondas se añaden enzimas replicadoras de ADN, éstas pueden «recrear» el ADN a partir de la «nanoestructura» teletransportada, como si el ADN original estuviera realmente allí mismo.

Si se demuestra que estos resultados son correctos, estaríamos ante un descubrimiento tan revolucionario que cambiaría para siempre los fundamentos sobre los que se basa la Química moderna. Las primeras reacciones, sin embargo, no han sido favorables, y expertos de todo el mundo se muestran, como mínimo, escépticos. Algunos han llegado ya a considerar el estudio y sus conclusiones como una «auténtica locura».

Sin campo electromagnético

Los detalles completos de la investigación aún no se conocen, ya que el trabajo completo de Montagnier todavía no ha sido publicado en una revista científica. Pero el adelanto publicado en arXiv proporciona la cantidad suficiente de detalles como para hacerse una idea de cómo Montagnier y sus colegas han llevado a cabo sus experimentos.

En esencia, los científicos han utilizado dos tubos de ensayo (ver gráfico). El primero contenía un fragmento de ADN (de unos cien pares de bases de longitud). El segundo, agua completamente pura y sin resto alguno de materia orgánica en su interior. Ambos tubos se encerraron después en una cámara especial que anula el campo electromagnético natural de la Tierra, con objeto de que éste no contaminara los resultados del experimento. Por último, ambos tubos fueron enrollados en tubos de cobre de los que emanaba un ligero campo electromagnético.

Siete horas después, el contenido de ambos tubos de ensayo fue sometido a reacciones en cadena de la polimerasa (PCR), una técnica ampliamente utilizada por los biólogos moleculares para replicar de forma masiva cualquier fragmento de ADN que se pueda encontrar en la muestra, por pequeño que sea, lo que facilita su identificación y posterior estudio. Y aquí es donde está la sorpresa: según Montaignier, se recuperó ADN de ambos tubos, a pesar de que el segundo sólo contenía agua.


Todo son dudas y escepticismo

Para el célebre científico, la explicación más plausible es que el ADN del primer tubo de ensayo emitió una serie de señales electromagnéticas capaces de «imprimir» su propia estructura a otras moléculas, en este caso a las del agua. Lo cual implica que el ADN debe ser capaz, de alguna manera, de «proyectarse» a sí mismo de una célula a otra. Toda forma de replicación absolutamente nueva y desconocida. Se trataría del equivalente genético de la teleportación cuántica, una técnica de la Física con la que las partículas subatómicas logran transmitir su estado y características de forma instantánea a otras partículas con las que estén entrelazadas.

Las implicaciones de este proceso en el ADN, si se logra determinar su existencia, serían enormes, y abrirían toda una nueva rama de estudio a la biología molecular. Hasta ahora, sin embargo, todo son dudas y escepticismo. Podría ser, por ejemplo, que el agua supuestamente pura del segundo tubo de ensayo no fuera, después de todo, tan pura, y que estuviera contaminada con materia orgánica que Montagnier y sus colegas no lograron detectar.

Habrá que esperar, pues, a que se publique el artículo y pase por el procedimiento establecido de «revisión por pares», según el que especialistas independientes evalúan hasta el mínimo detalle de un experimento antes de darlo por bueno. Después, y dado el alcance de la investigación, decenas de laboratorios de todo el mundo intentarán sin duda reproducir los resultados obtenidos por Montagnier. Sólo después de este riguroso escrutínio científico se podrá decir sin miedo a equivocarse que el trabajo constituye un auténtico adelanto científico.



Tomado de :
http://www.abc.es/20110124/ciencia/abci-teletransportacion-201101240813.html
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¿Puede el arte ser usado como magia? (Hermetismo y alquimia en la historia del arte)

La tradición oculta une al arte con la magia, a la estética con el espíritu, y muestra que el lenguaje puede transformar la naturaleza con cierta luz, con ciertas palabras, con ciertas formas.

Publicación: 09/11/10 05:50 PM

Autor: Aleister Cromby





Cualquiera reconoce una intención mágica en el arte primitvo; indisociablemente uniendo la religion, la ciencia y el arte en el origen de la cultura humana con un cordón invisible que podemos llamar “magia”: una forma de transformar la naturaleza a voluntad. Una definición similar a la de la tecnología (Erik Davis define a la magia atinadamente como “el inconsciente de la tecnología”) y que varía quizás solamente en que la magia opera de forma sutil utilizando en ocasiones lo que se conoce como el éter o la energía psíquica, mientras la tecnología se concentra generalmente en el “hardware”, utilizando vehículos materiales para lograr una intención. Sin embargo, la crítica de arte y la ciencia racional limitan el rango de operación de la magia a épocas oscuras, antes de la sofisticación del arte y el pensamiento filosófico. La magia como parte del paganismo del arte que ha sido civilizado, y cuyo encantamiento sobre la materia y fuerza espiritual transformadora son parte de una superstición superada por la luz científica.

Aunque no podemos negar que la corriente de pensamiento que ha predominado en nuestra civilización es la de el racionalismo, con la tecnología desplazando de la prominencia a la magia, en la profundidad de la historia la magia persiste como suprema fuerza motriz de la obra de arte. No sólo es la magia la intención secreta del arte, el arte, como objeto o meta-objeto, se convierte en una obra de magia. En las cuevas de Lascaux y Altamira se dibujaba un búfalo o algún otro animal siendo cazado, y esa pintura era una especie de portal animista, a través del cual se sucitaba la concreción del acto de la cacería y de alguna forma se predecía el futuro creándolo (Marshall Mcluhan decía que el artista era el que podía percibir el futuro, tal vez porque su acto de percepción era indisociable de su acto de creación).

Estos tiempos remotos de proyección psíquica en la naturelaza, posiblemente de forma efectiva como una flecha metafísica, no han concluido del todo. El impulso de las vanguardias de principios de siglo XX, el dadaismo o el creacionismo, por ejemplo, mantienen el instinto de materializar un objeto (la flor de Huidobro) o suscitar una situación a distancia. El arte actual bajo el velo de la cultura pop y el ready-made tampoco puede dejar este arco dramático del espíritu de florecer y hacer florecer, es justamente como dijera Walter Benjamin, la cualidad espiritual, epifánica, dentro de las cosas, que se resiste a morir bajo el puño metálico del materialismo.





Hoy justamente The Guardian publicaba un artículo sobre la posible canonización de Gaudí por obrar supuestos milagros. Más allá de que estos milagros hayan ocurrido –una mujer que dice haber recuperado la vista por intercesión del gran arquitecto catalán- lo que sobresale del caso es la relación entre el artista y lo milagroso o mágico y del artista como hipóstasis de la divinidad. Principalmente los grandes espacios religiosos, las catedrales esotéricas de la edad media y del renacimiento (Chartres en la foto) o las pirámides mayas y egipcias y por supuesto el Templo de Salomón, son espacios donde el arte se funde con la magia o con la provocación de una condición espiritual o energética que puede ser usada para la oración o la transmutación del cuerpo. El artista de estos sitios es igualmente versado en las artes ocultas como en las artes exotéricas de la arquitetcura o la pintura y encuentra una relación estética entre lo material y lo espiritual, una proporción áurica, un código que simboliza tanto en la represtanción de su obra, en las naves, vitrales, piedras, etc., como en el cuerpo humano y en el cosmos, una relación que se refleja en su obra, muchas veces de forma secreta, aguardando su conclusión en la alquimia del observador en el que opera.

El origen de las pirámides de Egipto sigue estando envuelto en el más velado misterio; aunque se cree que su arquitecto podría ser Hemon, hijo del príncipe Nefermaat , el ocultismo otorga la autoría a Hermes o Thoth, el dios-hombre que también habría inventado el lenguaje escrito a partir del vuelo de la aves (ornitografías en un espejo, siglas de ibis). Si bien esta figura legendaria, padre de la esoteria, según Manly P. Hall podría tratarse más que de un individuo de un grupo o escuela de iniciados, dedicados a preservar el más alto de los artes. De forma similar la construcción del templo de Salomón, es generalmente adscrita a Hiram Abiff (o CHiram), quien es más un símbolo del arte oculto y de los procesos alquímicos del renacimiento que una persona.

Según Manly P. Hall la Gran Pirámide de Giza servía como un templo inicático en su interior, donde el mismo Platón estudio las artes ocultas. El Templo de Salomón es la base de la religion secreta masónica:

"Suficientes similitudes existen entre el masónico CHiram y el Kundalini del misticismo hindú para asumir que CHiram puede considerarse como el símbolo del Fuego del Espíritu subiendo el sexto ventrículo de la médula espinal. La ciencia exacta de la regenación humana es la llave perdida de la masonería, ya que cuando el Fuego del Espíritu es levantado a través de los 33 grados o segmentos de la médula espinal y entra a la cámara del cráneo humano, finalmente pasa al cuerpo pituitario (Isis) donde invoca a Ra (la glándula pineal) y pide el Nombre Divino" (Manly P. Hall, Secret Teachings of All Ages).

En el tomo árabe medieval Picatrix tenemos esta joya que relata como Hermes es el primer artista de multimedia, borrando la frontera entre la geoingeniería, la arquitectura y agricultura religiosa, el video holográfico y el control mental a través de la imagen:


“Hermes fue el primero en construir imágenes a través de las cuales sabía regular el Nilo contra el movimiento de la Luna. Este hombre también construyó un templo al Sol, y sabía ocultarse de todo para que nadie lo viera, aunque estaba en el interior. También fue él quien en el este de Egipto construyó una ciudad de 12 millas de largo en la que construyó un Castillo con cuatro puertas en cada una de sus cuatro partes. En la puerta del este puso la forma del Águila, en la puerta del oeste la forma del Toro, en la puerta del sur puso la forma del León y en la puerta del norte puso la forma del Perro. En estas imágenes introdujo espíritus que hablaban con voces, y nadie podia entrar a la ciudad más que con sus permisos… Alrededor de la circunferencia de la ciudad colocó imagenés labradas y las ordenó de tal forma que por su virtud los habitantes de la ciudad se hacían virtuosos y se protegían de todo mal y daño”.

Para el historiador esta descripción sólo se trata de una rica descripción simbólica. Sin embargo, lo que a veces pasa desapercibido es que la magia opera a través de símbolos, como una computadora opera a través de un software de programación. Y que en esos símbolos puede estar grabado un código oculto para ejecutar un programa que transforma la naturaleza de formas insospechadas.

En tiempos más cercanos tenemos el caso de Sandro Boticelli quien utilizó una especie de magia negra, o maleficio, como se acostumbraba en su época, pintando retratos de conspiradores en la Piazza della Signoria. Estas no eran meras representaciones, eran maleficios visuales. Cuando los dogos de Venecia traicionaban al estado su imagen era blanqueda en los muros (y preservada de esta forma), en una especie de vudú ecclesiastico. La iglesia de la Santissima Annunziata todavía hoy guarda la imagen pintada “milagrosamente” en el siglo XIV que era utilizada para protección en tiempos de prueba, al tiempo que una Madonna mágica era traída ritualmente a la ciudad de los suburbios.

En su libro “La Diosa Blanca”, Robert Graves muestra como los bardos u ollaves de los druidas, eran tanto poetas como chamanes, mezclando trucos verbales con transformaciones supernaturales. El gran Taliesin, una transmigración de dioses y mitos egipcios, conoce el alfabeto de los árboles y el alfabeto de las estrellas y por eso se puede transformar en la forma que quiera, huyendo de montruosas mujeres cerdo y seduciendo a la Diosa (Alba, Isis, María) a quien sirve con sus versos y con su alquimia sexual (toma el lugar del sol y de la divinidad de la luz en la eterna corte de los arquetipos).

En la Capilla Sixtina, Miguel Anguel Buonarotti dejo una obra que más allá de ser capital en la conformación estética de nuestra civilización, de forma similar al Templo de Salomón de CHiram podría ser una código cuya intención es revelar un profundo conocimiento místico que puede detonar en el desvelo del misterio de la glánndula pineal o el ojo de dios (ver artículo sobre código de Miguel Angel).

En su poema “Sailing to Byzantium”, W. B. Yeats, quien seguía la tradición hermética de utilizar imágenes del spiritus mundi para operar sobre la naturaleza, nos muestra el proceso emblemático de la proyección astral y de la continuación de la conciencia más allá de la muerte y del cuerpo, algo que la ciencia ficción de hoy imagina en el trasnshumanismo y en los cyborgs. De una forma mucho más elegante:

... and gather me
Into the artifice of eternity.

Once out of nature I shall never take

My bodily form from any natural thing,

But such a form as Grecian goldsmiths make

Of hammered gold and gold enamelling

To keep a drowsy Emperor awake;

Or set upon a golden bough to sing

To lords and ladies of Byzantium

Of what is past, or passing, or to come.

James Joyce decía que su intención al escribir Finnegan’s Wake era que la totalidad del universo podría ser reconstruido a partir de sus páginas, como un holograma en donde se contiene toda la información cifrada del cosmos. El arte hermético de Joyce consistiría en grabar, en saber grabar la información y el flujo de la conciencia de manera que se estimulen las formas universales... como el teatro de la memoria de Giordano Bruno, grabar en la arena miles de estrellas o crear una serie de modulaciones y matices a través del lenguaje que en su comprensión y asimilación disparen un estado gnóstico en el que se revelen los secretos de la cámaras de Akasha.

Recordamos a Jorge Luis Borges, un hombre que encaja en esta paradójica definición de “místico agnóstico”, al igual que Robert Anton Wilson. Borges en su consagración a la literatura por sobre la vida, dijo que a veces recitaba poemas en su mente en momentos en los que otra persona habría rezado, buscando la magia secreta de las palabras como alivio u interecesión. El mismo Borges nos retrotrae a ese espacio animista en el que la palabra es la cosa y en la que el Logos altera la naturaleza. Para aquel guerrero nórdico de viejos tiempo decir Thor era el dios y era el relámpago –el otro y el mismo- era posiblemente suscitar esa energía celeste.

Si jugamos con una de las populares definiciones del arte, “es lo que hace visible lo invisible”, lo invisible dentro del arte, lo que opera y desvela, podría ser la magia, el cordón umbilical plateado entre la religion, la ciencia y el arte. Es el secreto del artista y su sueño: que la metáfora se materialize, la eterrealización. Poder palpar su pensamiento, asir el grial onírico de su espíritu. Toda obra de arte como toda tecnología oculta un inconsciente mágico, una motivación secreta de crear, de participar en la cosmogénesis como la divinidad.

Estos son algunos ejemplos de la relación entre el arte y la magia y el umbral que se abre en su lazo por donde se atisba la luz del sol. La hipotésis que recorre este artículo es que el espíritu puede ser imbuído a la materia, que la materia puede ser programada por un artista y que puede servir como memoria viva que se activa en el alma perceptiva de alguien que contempla o experimenta una obra de arte.

Según James Frazer, autor de “La Rama Dorada”, el principio fundamental de la magia sim-pática es : "Las cosas que han estado una vez en contacto entre sí, siguen influyéndose mutuamente de lejos tras haberse cortado el contacto físico". Esto es curiosamente muy similar al principio de entrelazamiento cuántico que une de forma supralumínica a todas las partículas que constituyen el universo, de tal forma que un fotón reacciona informáticamente a otro fotón de forma instántanea no importa a que distancia se encuentre.

La pregunta sería, ¿puede el artista que ha estado en contacto con una serie de partículas que constituyen la materia de una obra -una piedra, una pintura, etc.- influir a distancia o grabar una energía particular en aquello con lo que ha tenido contacto? Y en el caso del lenguaje escrito ¿puede un escritor cifrar en su obra un código, una cabala, que al entrar en contacto con otro código lo programe o logre interactuar de tal forma que se active una memoria o se libere un acceso a una dimensión mágica? ¿Puede alguien en unas palabras, al decirlas, mover las moléculas del espacio en el que se encuentra y materializar su intención como Ariel era usado por Próspero en La Tempestad, tal que las nubes pueden dar paso al azul del cielo no como un poema, sino por un poema que las mueve?

La hipótesis de este artículo es que el Logos habita en la naturaleza, la cual está hecha de lenguaje y es sensible al lenguaje como el más refinado crítico de arte. El artista sería el que puede programar la naturaleza para ejecutar una obra intencional. En la claridad de su intención y en su técnica (en el conocimiento del lenguaje de la naturaleza: el lenguaje de la luz, las letras del árbol de la vida) estaría su magia.

Como el pulpo psíquico que viste su mente en colores, un posible doble destino artístico-alquímico:

"The octopus does not transmit its linguistic intent, it becomes its linguistic intent... Like the octopus, our destiny is to become what we think, to have our thoughts become our bodies and our bodies become our thoughts. This is the essence of a more perfect Logos, a Logos not heard but beheld”, Terence Mckenna.
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Los mejores crop circles del 2010: evolución matemática de los dibujos en cultivos


La alta costura de la temporada de fashion agrogaláctico 2010 queda confirmada en esta sorprendente selección de círculos en el cultivo



Publicación: 15/08/10 11:35 PM
Autor: pijamasurf





Es curioso que aún a estas alturas muchas personas piensan que los famosos crop circles o círculos en los cultivos, que aparecen desde hace siglos trazados en los campos de diversas regiones del mundo, en especial en Inglaterra, Escocia, y otros países de Europa, son una farsa. Esta posición es reforzada, en buena medida, por la postura de los grandes medios frente a este fenómeno, al cual etiquetan como una poco relevante y falsa manifestación.

Hasta cierto punto resulta asombroso que se siga considerando a estos monumentales trazos como una obra de adolescentes o geeks osciosos que una noche deciden realizar una obra magnánima mientras nadie los ve. Negar que los crop circles son un fenómeno intrigante es como aceptar que Santa Clos realmente existe, pues es un tipo capaz de realizar una proeza inaudita en una sola noche, mientras nadie lo está observando (la paradoja del fantasioso escéptico).

También vale la pena recordar la teoría que propone a estos diagramas como el resultado de un programa militar británico, evidentemente secreto, que explora el uso de armamento de microondas y los círculos en el cultivo surgen de estas pruebas. Esta teoría ha sido expuesta por el científico Jaques Vallee. Lo cierto es que ya sean unos traviesos e hipertalentosos jóvenes, extraterrestres emitiendo mensajes codificados como parte de un metalenguaje, o el producto de un sombrío programa militar, los crop circles manifiestan el plano de la forma con una pulcritud inspiradora.

Más allá del sublime archivo que se ha compilado en los últimos años con decenas de estos masivos diseños, la temporada 2010 ha arrojado algunas magníficas muestras de estos mensajes codificados en el plexo de la geometría panorámica, dibujos altamente refinados que denotan una cierta evolución matemática en su expresión:


Winston Windmill



La temporada 2010 de esta línea de fashion agrogaláctico comenzó con el llamado Winston Windmill, una compleja configuración que alude a la ecuación de Euller, uno de los discursos matemáticos más exquisitos que demuestra la profunda relación entre las funciones trigonométricas y la función exponencial, lo cual arroja algo de luz para explicar la interacción del ser humano con el resto del universo. Este “molino de viento” fue hallado, de un día para otro, en Wiltshire, cerca de Stonehenge, la zona más popular para la aparición de estos fenómenos.







El calendario lunar de Poirino




Pocos días después de la aparición del Molino de Winston, en junio 13, emergió en los campos de Poirino, en Italia, un diagrama impreso con la imagen de un calendario lunar de seis meses, que incluye la codificación de otra famosa ecuación, la hija predilecta de Einstein: E-mc2. Este dibujo podría ser, estéticamente, el de mayor riqueza para la óptica del ser humano.





El Cubo de Metatrón






La sofisticación algorítmica de la temporada 2010 continuó en julio, mes en el que aparecieron tres diseños, todos ellos en Inglaterra, entre los cuales destaca este figura en Dansbury que alude al mítico Cubo de Metatrón, una de las formas más populares dentro del plano de la geometría sagrada.






Beggar’s Knoll y Windmill Hill





También trazadas en julio pasado, en los campos de Woolaston Grange, el llamado Nudo de Beggar y el Windmill Hill, aparentemente muestran la primera y segunda etapas, respectivamente, de la fusión nuclear en reacción protón-protón. Para algunos apasionados estos diagramas forman parte de un claro mensaje que aconseja a la raza humana a evolucionar prontamente sus fuentes de energía liberándose así del petróleo.





Código binario (Rostro de Jesús)



Finalmente, cerrando con broche de oro la primera mitad de la temporada 2010 de los círculos en el cultivo, emergió el 30 de Julio en Wickham Green, Berkshire, un diseño con círculos concéntricos que contienen un elegante mensaje encriptado en una especie de código binario que aún no se ha resuelto. Sin embargo, lo más sorprendente de esta pieza, es la sincronía que denota con respecto a una imagen del rostro de Jesucristo impreso en el manto de Turín. Este código, que se desliza entre una especie de configuración genética, un protocolo binario, y el rostro codificado de Jesús, quizá sea la pieza más intrigante que nos hayan obsequiado los misteriosos artistas de los campos de cultivo en lo que va del año.





Tomado de:
http://pijamasurf.com/2010/08/los-mejores-crop-circles-del-2010-evolucion-matematica-de-los-dibujos-en-cultivos/
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