31.5.10

Mariko Mori: wafe ufo






Por: Beatriz Alicia García

La artista japonesa Mariko Mori, nacida en Tokyo (1967), ha realizado una de las obras actuales más interesantes dentro del arte mediático. Su trabajo fusiona las nuevas tecnologías informáticas y científicas con iconos retrofuturistas, léase imágenes de la cultura de masas, como la estética pop, o imágenes que podemos relacionar con la exploración espacial, que pasó a la moda en los años 60’s; todo ello unido al milenario pensamiento y espiritualidad asiáticos configurando una propuesta de un eclecticismo fascinante. Arraigado profundamente a su propia tradición cultural, sus fotografías y video instalaciones están asimismo nutridas de un imaginario que ha apostado a asir lo más fugaz y frívolo del mundo contemporáneo, como puede ser la moda, el artista pop, la publicidad, haciendo de lo artificial una suerte de ícono. Esta joven artista estudió diseño de modas en Japón, trabajó como maniquí de modas a finales de los 80’s, y asistió a escuelas de Arte en Londres y New York.

En sus trabajos iniciales de video de mediados de los 90’s, tales como Empty dream y Birth of a star ella se usa a sí misma como modelo en películas y fotos que combinan el performance, la moda, la alta tecnología y el arte, creándose como un personaje futurista, mitad mujer y mitad chica cyber chic. En 1997 su obra recibió un premio para jóvenes artistas en la Bienal de Venecia. Es en los trabajos de esta época, finales de los 90’s como Burning desire (1996-1998), Nirvana (1996-1997), o Dream Temple (1999) donde están mucho más presentes los íconos y la espiritualidad asiática. En Burning desire la artista misma se transforma en deidad budista, aparece sentada en posición de loto en medio de un desierto, rodeada de un halo multicolor. La construcción de la video instalación Dream Temple se inspira en un templo japonés del período Nara temprano que data del año 739 a.c.

Un trabajo presentado recientemente en la ciudad de New York, entre el 10 de mayo y el 31 de julio del 2003 en la Public Art Fundación, “Wave UFO”, retoma la estética retrofuturista espacial a través de una escultura de gran formato realizada en fibra de vidrio, con la forma de cápsula espacial. Con esta propuesta Mori invita una vez más al espectador, tal como lo ha hecho en sus trabajos de años recientes, a conectarse por medio de imágenes generadas con la más alta tecnología con su propia mente y mundo interior.

“Wave UFO” fusiona gráficas computarizadas generadas en tiempo real, con tecnología de navegación cerebral y sonido, para crear una experiencia dinámica, interactiva, conectando tecnología y espiritualidad por medio de programas de computación especialmente diseñados y un equipo científico que monitorea e interpreta visualmente las ondas cerebrales de los participantes. Una serie de electrodos se conectan al espectador, los cuales leen sus ondas cerebrales. Esta información se transforma en imagen visual, en correspondencia en tiempo actual con la actividad del cerebro. Las formas que se proyectan en las paredes de la escultura van cambiando como respuesta a tres tipos de ondas cerebrales, mostrando, a través del color, cuál es la dominante:

Beta: (Rojo) Ondas que se encuentran en estados de conciencia de alerta normal. Aunque ellas también pudieran indicar agitación, tensión o alarma. (12 a 35 Hz)

Alpha: (Azul) Estas ondas acompañan estados de relajación, sueño despierto o meditación. (4 a 8 Hz)

Theta: (Amarillo) Dichas ondas se encuentran en estados cercanos a un estado de conciencia cercano a la deriva, o a estados de ensoñación. (0 a 1 Hz)

La segunda parte de la proyección, “Mundo conectado”, une la experiencia individual a la universal. Formas abstractas a full color lentamente se expanden y envuelven dentro de formas semejantes a células individuales y estructuras moleculares creando un mundo de ensueño que es primordial y etéreo.

La obra de Mariko Mori nos ofrece una suerte de imaginario postmoderno donde se desdibujan las fronteras entre lo natural y lo artificial, lo real y lo virtual, lo humano y lo tecnológico. Tanto esos personajes retrofuturistas en los que ella se transforma en sus obras iniciales, la colegiala vestida de colores brillantes de Birth of a start, o la sonreída geisha que sorprende a los transeúntes en el distrito financiero de Tokio con una taza de té en Ceremony of tea, la prostituta chic hablando por celular en Red light; o sus personificaciones espirituales asiáticas, más relacionadas a la búsqueda de un alma colectiva que parece haberse extraviado en el Japón del mundo global, tal como lo plantea Win Wenders en su película Tokio-Ga; o sus video esculturas espaciales y tecnológicas, nos ofrecen en su evolución y diversidad, en su apariencia de mundo de látex, de estética de video del MTV de artistas pop de los 80’s, una inquietante y seductora reflexión sobre nuestra época, tan dada a inventar nuevas formas de evasión y perversión, tan agobiante en su eterna proliferación de imágenes sin trasfondo, sus mundos virtuales interconectados de la superautopista de la información, a través de la cual miles o quizá millones de personas, en una hermandad secreta se relacionan evadiendo el caos y la soledad.

Quizá lo más interesante de su más reciente propuesta en USA “Wave UFO” es el modo en que involucra directamente al espectador y lo hace co-creador de su obra, humanizando la más avanzada tecnología científica al conectar a las personas con su mundo interior, confrontándolos con sus propios estados de ánimo, a través de imágenes que producen sus propias ondas cerebrales, según se sienta cada quien dentro de la experiencia. Mori parece abrirnos un nuevo umbral interconectando, mente, cuerpo y alma al fusionar ciencia y tecnología con lo humano, dándole al espectador una manera distinta de relacionarse con su propio cuerpo y sus propias emociones.

Tomado de:

http://www.kalathos.com/


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